Un año después de declarada, apenas se comienza a asomar la posibilidad de la vida pospandemia y con ella, los retos de un tiempo para hacer las paces con la naturaleza.
Investigadores y científicos de todo el mundo coinciden en afirmar que la pandemia por el Covid 19, es solo un síntoma del daño que la actividad humana ha causado sobre nuestro planeta.
Sin duda el 2021 marca un punto de inflexión crítico, si la familia humana quiere asegurar un futuro en el que personas y planeta puedan prosperar juntos.
Además de causar millones de muertes y afectar la salud y la vida de todos en el mundo, este virus ha puesto en evidencia las desigualdades económicas y sociales imperantes, así como el ineludible vínculo entre la salud de la naturaleza y la salud humana.
Hoy estamos enfrentando las consecuencias de acciones desarrolladas a lo largo de los años, lideradas por la extracción y consumo desmedido de recursos naturales. Esto ha derivado en una crisis que se manifiesta en crecientes volúmenes de contaminación y desechos, pérdida de diversidad biológica, calentamiento global y cambio climático.
La solución está en manos de quienes iniciamos el problema. La prioridad debe estar en resguardar la vida y sus medios de subsistencia. Eso pasa necesariamente por tomar urgentes acciones responsables para preservar la biodiversidad.
Ofrece la vida pospandemia una oportunidad extraordinaria para cambiar el rumbo e iniciar acciones concretas, que nos permitan hacer las paces con la naturaleza y trazar un nuevo camino.
Vida pospandemia
Al analizar la evolución de la Covid 19 y las perspectivas posteriores, Antonio Guterres, Secretario General de Naciones Unidas señaló que, al exponer la vulnerabilidad humana, la pandemia también puede contribuir a hacer del 2021, un punto de inflexión que nos permita dirigirnos hacia un mundo más sostenible e inclusivo.
La evidencia científica claramente afirma que estamos ejerciendo presiones extremas sobre el planeta. El Informe sobre la Brecha de Emisiones de 2020 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), indica que si bien la pandemia disminuyó temporalmente las emisiones, vamos rumbo a un aumento de la temperatura de al menos 3 °C en este siglo.
También, la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) ha dado la voz de alarma sobre el rápido declive de la naturaleza.
De hecho, la pandemia mundial causada por la Covid 19, una zoonosis o enfermedad transmitida de animales a humanos, evidencia la perturbación del preciso engranaje del mundo natural.
En ese sentido, la vida pospandemia debe estar centrada en restaurar el equilibrio. Hacer las paces con la naturaleza es la tarea más importante que debemos acometer en los próximos decenios. Las conferencias internacionales sobre el cambio climático, la biodiversidad y la desertificación, son oportunidades para promover la toma de medidas a favor de la naturaleza y afrontar las perturbaciones climáticas.
Reunión virtual
Con la finalidad de tomar medidas orientadas a construir una vida pospandemia más sostenible e inclusiva se realizó, a finales de febrero en forma virtual, la Quinta Sesión de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA).
Durante dos días de reuniones y presentaciones en línea, Estados Miembros expresaron su profunda preocupación por la crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de la naturaleza y la contaminación. Afirmaron que la pandemia de la Covid 19 había exacerbado los problemas existentes y amenazaba los esfuerzos para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Bajo el tema central Fortalecer la acción por la naturaleza se realizaron sesiones sobre contaminación de los océanos, residuos plásticos, agroecología, producción y consumo sostenibles, financiamiento climático, la eficiencia de los recursos y la economía circular; reconocimiento de la importancia del financiamiento y la reducción de emisiones; y la exploración de big data como herramienta para el cambio, entre otros
Recuperación verde
Pero parece haber esperanza. El apoyo general a una recuperación verde pospandemia, resiliente e inclusiva, que coloque al mundo en una transición con bajas emisiones de carbono, así lo indica.
Los participantes coincidieron en la necesidad de invertir en la transición a una economía circular, con la finalidad de alcanzar un consumo y una producción sostenibles. Así como en apoyar las soluciones basadas en la naturaleza para el abordaje del cambio climático, la pérdida de la naturaleza y la contaminación.
La Asamblea aprobó una declaración final en la que advierte que es necesario hacer las paces con la naturaleza. “Más que nunca la salud y el bienestar humanos dependen de la naturaleza y de las soluciones que brinda, y somos conscientes de que enfrentaremos riesgos recurrentes de pandemias futuras si mantenemos nuestros patrones insostenibles actuales en nuestras interacciones con la naturaleza «.
Esta reunión marcó el comienzo de un año de citas críticas sobre estos temas. En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica en Kunming, China, las naciones abordarán la pérdida de especies y ecosistemas. Posteriormente, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima (COP26), se espera que los países presenten compromisos más ambiciosos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Voces a favor del planeta
En la UNEA-5 voces de todo el orbe se alzaron en defensa del planeta. Entre ellos, el activista ambiental indio Afroz Shah, honrado por el PNUMA como Campeón de la Tierra, quien alertó acerca de la necesidad de colaborar para restablecer el equilibrio planetario.
“El problema es que nuestros derechos pesan demasiado sobre los derechos de las otras especies. Este delicado equilibrio tendrá que inclinarse a favor de otras especies y esa es la clave”, afirmó.
Otro mensaje que coincide en la necesidad de hacer las paces con la naturaleza fue el expresado por Rocky Dawuni, músico ghanés y Embajador Regional de Buena Voluntad del PNUMA. “Nos hemos reunido aquí como embajadores de la esperanza y arquitectos de un nuevo paradigma y nuestro trabajo conjunto y en armonía con la naturaleza asegurará nuestra victoria final”, dijo.
El presidente de Kenya, Uhuru Kenyatta, resaltó por su parte la necesidad de actuar con rapidez, ante la creciente amenaza de crisis ambientales. «Estos fenómenos meteorológicos y climáticos cada vez más adversos, hacen sonar una campana de advertencia que nos llama a atender las tres crisis planetarias que amenazan nuestro futuro colectivo: la crisis climática, la crisis de la biodiversidad y la naturaleza, y la crisis de la contaminación y los desechos».
Inger Andersen, Directora Ejecutiva del PNUMA sentenció, por su parte, que “a menos que tomemos medidas, las generaciones futuras pueden heredar un planeta invernadero con más carbono en la atmósfera que en 800.000 años. A menos que actuemos, las generaciones futuras vivirán en ciudades que se hunden. Y a menos que tomemos medidas, las generaciones futuras tendrán que vivir con nuestros desechos tóxicos, que cada año son suficientes para llenar 125.000 piscinas olímpicas”.
Problemas urgentes y oportunidades
La quinta sesión de la Asamblea de la ONU para el Medio Ambiente cerró con un claro mensaje: nuestro frágil planeta necesita más y lo necesita ahora. Más acción, cooperación, financiamiento y compromiso sostenido para abordar las crisis ambientales, y reconstruir las sociedades devastadas por la pandemia mundial.
Transformar la percepción de la naturaleza y reconocer su auténtica valía, es una oportunidad. Si reflejamos dicho reconocimiento en las políticas, planes y sistemas económicos, se podrán canalizar inversiones hacia actividades que permitan restaurar el equilibrio.
Al hacer las paces con la naturaleza y reconocerla como aliada indispensable, es posible activar el ingenio humano, el Hormé, a favor de la sostenibilidad y del trabajo conjunto por la salud y bienestar de nosotros y del planeta.
Hacer las paces con la naturaleza
“Hacer las paces con la naturaleza: un plan científico para abordar la triple emergencia del clima, la biodiversidad y la contaminación”, es el elocuente título del primer informe de síntesis del PNUMA.
Con base a datos obtenidos mediante evaluaciones ambientales mundiales, ofrece un diagnóstico del planeta en relación con el cambio ambiental inducido por el hombre en la actualidad y el que se proyecta a futuro.
El informe reúne recientes pruebas científicas de los efectos y amenazas asociados a la emergencia climática, la crisis de la biodiversidad y la contaminación. Evidencia que nuestra guerra contra la naturaleza, ha destrozado el planeta.
A partir de este diagnóstico, el informe plantea acciones concretas y sienta las bases de la esperanza, al presentar una hoja de ruta hacia un futuro más sostenible.
En sus páginas se resume lo que implica la “reparación” de nuestro planeta, las acciones transformadoras que pueden servir para activar la inventiva y la cooperación humana, que permitan asegurar los medios de subsistencia y el bienestar de todos. Esta reparación significa ser justos y equitativos.
Comprende soluciones que reconozcan el carácter interconectado de los problemas ambientales, sociales y de desarrollo. Pero también un cambio necesario de valores y visiones del mundo, así como de los sistemas financieros y económicos. El informe, en resumen, demuestra que tenemos la capacidad de transformar nuestro impacto en el planeta.
El futuro depende de la humanidad
“En gran medida, la viabilidad de la humanidad en este planeta depende de sus esfuerzos. Con liderazgo, determinación y compromiso con las generaciones futuras, estoy convencido de que podemos proporcionar un planeta saludable para que toda la humanidad no solo sobreviva, sino que prospere”, afirmó Antonio Guterres.
En el último año, tanto los presupuestos de los gobiernos como la acción política se han centrado en la respuesta a la emergencia médica de la COVID-19. Pero en el escenario pospandemia, las medidas deben, desde ya acelerar, las transformaciones económicas y sociales necesarias para abordar la emergencia planetaria.
Para trascender el reto que significan las situaciones creadas a partir de la pandemia, la familia humana debe superar la tragedia y trabajar en un proyecto común. Lograr que 2021 quede registrado como el año en que, como especie, iniciamos un nuevo camino destinado a hacer las paces con la naturaleza.
La vida pospandemia es un tiempo propicio para que hombres y mujeres reconsideremos nuestras prioridades como individuos y sociedades. Un momento para tomar conciencia de que salvaguardar la salud y el bienestar de las generaciones actuales y futuras, significa salvaguardar la salud de nuestro planeta.
Con información de ONU Medio Ambiente y “Hacer las paces con la naturaleza: Plan científico para hacer frente a las emergencias del clima, la biodiversidad y la contaminación”
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