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Laguna de Mucubají, hija de un glaciar

por Haiman El Troudi
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Laguna de Mucubají, hija de un glaciar

La Laguna de Mucubají es una de las mágicas lagunas glaciares que le confieren al Parque Nacional Sierra Nevada, un particular atractivo paisajístico.

Localizada a 3.540 metros sobre el nivel del mar en el Valle de Mucubají, Sierra de Santo Domingo, esta laguna de 10 mil años se formó gracias al descenso de los glaciares que, antiguamente, cubrían los picos y partes altas de las montañas andinas.

Desde este hermoso y antiquísimo deposito natural de agua, los visitantes tienen acceso a otros senderos para continuar su recorrido por el segundo parque nacional de Venezuela.

Típicas del paisaje andino

Laguna de Mucubají, hija de un glaciar

Fotografía de Wikipedia.

El retroceso de los antiguos glaciares que ocuparon amplias superficies de las montañas andinas, durante la era de las grandes glaciaciones, dieron origen a centenares de lagunas que son propias del paisaje de los Andes venezolanos.

Las grandes masas de hielo crean depresiones en la superficie del terreno y cuando las capas de los glaciares se derriten, debido a cambios en el clima, arrastran sedimentos y rocas que se acumulan formando grandes paredes que sirven de diques de contención del agua.

Así se formaron las lagunas Mucubaji, Negra, La Victoria, Los Patos, Verde, Anteojos, Suero, Santo Cristo, entre una treintena de estos cuerpos de agua glaciares que están el Parque Nacional Sierra Nevada

Entre Santo Domingo y Apartaderos

Laguna de Mucubají, hija de un glaciar

Entre los pueblos Santo Domingo y Apartaderos, en lo alto del páramo de la Sierra de Santo Domingo a 3.540 metros sobre el nivel del mar, se encuentra la Laguna Mucubají.

Con una superficie de 26,46 hectáreas y perímetro de 2.300 metros, la “Laguna Grande”, como también la conocen los lugareños, es una de las más grandes del estado Mérida.

Tiene una profundidad media de 5,67 metros y una máxima de 15, 5 metros y un volumen de agua de 1.500.000 metros cúbicos. Mientras que la temperatura media del agua es de unos 12ºC.

Frailejones, pinos y truchas

Laguna de Mucubají, hija de un glaciar

El entorno que la rodea es característico del páramo y en la vegetación dominan los frailejones, ejemplares de la especie Espeletia schultzii conocido como Frailejón Octubre , en particular, y pinos caribes, una especie exótica introducida en la región andina a partir de la década de 1960.

Una amplia población de truchas, traídas de Europa y Norteamérica en la década de 1930, habitan en la Laguna de Muscubají. La pesca deportiva de esta especie exótica atrae muchos visitantes durante temporada que inicia el 16 marzo y concluye el 30 de septiembre.

Venados Caramerudo de Margarita y Mérida son exclusivos de Venezuela

En cuanto a la fauna característica de esta región, es variada e incluye especies endémicas de los Andes venezolanos, entre las que estacan el Venado caramerudo de Mérida o Veneado paramero (Odocoileus lasiotis), el Pato Serrano (Anas flavirostris) y el Chivito Paramero (Oxypogon guerinii).

De las especies de mariposas que habitan en los páramos merideños es importante resaltar a Redonda chiquinquirana o mariposa braquíptera de Mucubají, endémica de Venezuela.

El tesoro de la Laguna Mucubají

Laguna de Mucubají, hija de un glaciar

La riqueza de la narrativa oral de Mérida, al igual que en otras regiones de Venezuela es sorprendente. Diversidad de mitos y leyendas transmitidas de generación en generación desde tiempos inmemoriales.

Sobre estos cuerpos de agua se han originado singulares leyendas. Todavía hoy, los habitantes de los páramos piensan que las lagunas están encantadas y para visitarlas, no solo basta tener cuidado sino buenas intenciones.

Laguna de Mucubají, hija de un glaciar

Fotografía de Wikipedia.

Cuenta la leyenda que cuando un campesino, que había salido a buscar ganado, venía de regreso de la Laguna Negra y pasó por la Laguna de Mucubají,  vio botijón lleno de oro en la orilla. El hombre se alegró por el hallazgo y continuó su camino con el botín en las manos.

A penas a había avanzado unos metros y oyó la voz de una niña que le reclamaba el tesoro que  había tomado. Dio vuelta y vio con terror que la laguna venía tras de él. Al darse cuenta de la situación, el campesino tiró el tesoro y salió corriendo sin mirar atrás.  Las aguas de Mucubají regresaron a su lugar una vez que que el botijón cayó en la tierra. Dicen los lugareños que este es el tesoro que guarda.

 

Con información de  Sierra Nevada de Mérida, Explorando Rutas, Universidad para la Cooperación Internacional y Libro Rojo de la Fauna Venezolana


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