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Parque Nacional Macarao, tierra de herencia ancestral

por Haiman El Troudi
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Parque Nacional Macarao, tierra de herencia ancestral

En medio de las montañas de la cordillera de la costa, cerca de Caracas, se encuentra el Parque Nacional Macarao, tierra de herencia ancestral. Su nombre evidencia el legado de pueblos originarios: los Curupay, de la aguerrida etnia Caribe, quienes tenían como líder y protector al Cacique Macarao, teniente del aguerrido Guaicaipuro.

Un contrastante clima fresco y húmedo, así como una sorprendente riqueza natural, caracterizan a las 15 hectáreas que ocupa este parque nacional, protector de una importante fuente de recursos hídricos para Caracas.

Parque Nacional Macarao, tierra de herencia ancestral

Más de 200 especies de aves adornan sus árboles y cielos, incluyendo 12 endémicas de Venezuela. El colibrí pechiazul, el paují copete de piedra, el azulejo montañero y el perico de cola roja, son algunas de las aves habitan en el parque. La diversidad animal también está bien representada, con mamíferos como el venado matacán rojizo, el conejo de monte, el mono araguato y el perezoso de tres dedos.

Decretado Parque Nacional el 5 de diciembre de 1973, con el objeto de proteger las cuencas de los ríos Macarao, San Pedro y Jarillo, Macarao está ubicado en el tramo central de la Cordillera de la Costa, demarcado por tres filos montañosos, y es compartido por el estado Miranda y el Distrito Capital.

Tierra de herencia ancestral

Parque Nacional Macarao, tierra de herencia ancestral

El espacio que conforma hoy el Parque Nacional Macarao es una tierra de herencia ancestral. Como lo señaló Alberto Cuevas Picón, esta es una región representativa de un indómito país en el que valientes líderes como Macarao, defendieron su territorio bajo el liderazgo de Guaicaipuro, quien unificó el poderío heroico de la resistencia indígena.

Macarao específicamente fue poblado por los Curupay, población Caribe que habitaba todo el valle. Según exponen los libros, fue la ruta seguida por Francisco Fajardo en 1559, y Diego de Losada en 1567 para entrar a Caracas desde Aragua. Era un sitio apreciado por su suelo fértil, río caudaloso y buen clima. Eso atrajo a los conquistadores, quienes obligaron a los nativos a trabajos forzados e incluso a la esclavitud.

Los historiadores refieren que era un pueblo de descanso e incluso, la hermana de Simón Bolívar tenía en la zona una casona de recreo.

Arístides Rojas señala la existencia del cacique Macarao como uno de los tenientes de Guaicaipuro. La historia de su pueblo y la resistencia que impuso al principio de la conquista del valle del suroeste de Caracas, remite a los orígenes de esta tierra de herencia ancestral.

El Parque Nacional Macarao

Parque Nacional Macarao, tierra de herencia ancestral

Macarao es uno de los cuatro parques nacionales que constituyen un corredor ecológico que protege una superficie de 177.350 hectáreas a lo largo de la serranía litoral de la Cordillera de la Costa venezolana.

Es también uno de los dos parques que rodean a Caracas, junto con el Waraira Repano. Cuenta con 15.000 hectáreas, en forma de triángulo invertido, que abarcan la cuenca de los ríos Macarao, San Pedro y El Jarillo, los cuales forman parte del sistema hidrográfico que abastece de agua al Distrito Capital y a parte del estado Miranda.

Limita con la ciudad de Caracas y las poblaciones de El Jarrillo, El Junquito y San Pedro de los Altos. En su geografía impera el paisaje montañoso. La parte más baja del valle se encuentra a mil metros sobre el nivel del mar, mientras su punto más alto es el Cerro Ño León, de 2.098 m.s.n.m., ubicado en el límite sur del parque. Según la altura, la temperatura de la zona va de los 8° C a los 25° C.

Al Parque Nacional Macarao se puede llegar por el suroeste de Caracas, utilizando la vieja carretera de Los Teques; por la carretera Panamericana, tomando la vía de San Pedro de Los Altos, o por la carretera de El Junquito a la Colonia Tovar, en dirección a El Jarillo.

En sus espacios se encuentra la represa hidroeléctrica de Agua Fría, construida en 1944, y uno de los reservorios de agua más importantes para de Caracas y que desde 1847, ha utilizado las aguas del Río Macarao. Dentro del parque aún se pueden apreciar las ruinas del primer acueducto para la ciudad.

Ejemplo de Biodiversidad

La vida lenta y relajada del perezoso de tres dedos

La variada biodiversidad en el Parque Nacional Macarao, constituye un ejemplo de la riqueza natural de flora y fauna de Venezuela. Su vegetación es típica de la selva nublada, abundantes arbustos con varios estratos arbóreos de frondosas copas que alcanzan los 25 y 30 metros. Destaca la presencia de árboles con troncos cubiertos de musgo y de bromelias, orquídeas y aráceas.

Entre la diversa vegetación se encuentran además especies como cedro, samán, bucare, araguaney, pardillo, equiseto gigante, palma grapa, palma bendita, y grandes helechos.  Dentro del parque también hay eucaliptos y pinos, especies exóticas que fueron traídas a la zona.

Cuenta además con una amplia variedad de fauna. Se han registrado 263 especies de aves, incluyendo 12 endémicas del país, y animales amenazados tales como el paují copete de piedra (Pauxi pauxi), el atrapamoscas cerdoso venezolano (Phyloscartes venezuelanus) y la perdiz montañera (Odontophorus columbianus).

Parque Nacional Macarao, tierra de herencia ancestral

Granicera hermosa (Pipreola formosa).

El colibrí pechiazul (Sternoclyta cyanopectus), la granicera hermosa (Pipreola formosa), la tovaca colirufa (Chamaeza ruficauda) y el tucancito esmeralda (Aulacorhynchus sulcatus), son algunas de las aves endémicas que se encuentran en el parque.

Esta zona alberga además numerosas especies de mamíferos ente ellos el venado matacán (Mazama americana), el báquiro (Tayassu sp.), el zorro común (Cerdocyon thous), el mono araguato (Alouatta seniculus) y la pereza de tres dedos (Bradypus variegatus). También se encuentran felinos de gran tamaño tales como el jaguar (Panthera onca), el puma (Puma concolor) y el cunaguaro (Leopardus pardalis). Algunos reportes de pobladores locales refieren la presencia del perro de monte (Speothos venaticus).

Fuente de agua para la vida

Parque Nacional Macarao, tierra de herencia ancestral

Macarao forma parte del corredor ecológico que atraviesa la sección central de la Cordillera de la Costa. Las otras áreas protegidas que lo conforman son el Parque Nacional Waraira Repano, el Monumento Natural Pico Codazzi, el Parque Nacional Henri Pittier y el Parque Nacional San Esteban.

Constituye una de las 44 áreas protegidas del Sistema Nacional de Parques, establecido en 1973 con el objetivo de proteger las cuencas de los ríos Macarao, San Pedro y Jarillo, los cuales conforman una importante fuente de agua para Caracas. La importancia del río Macarao fue reconocida ya desde 1926, cuando el gobierno del presidente General Eleazar López Contreras decretó la protección y reforestación de la zona.

A pesar de estar bajo la tutela del Estado, la zona de Macarao estuvo expuesta a una fuerte presión provocada por la expansión del área urbanizada de Caracas. Algunos organismos oficiales propusieron que se permitiera la construcción de viviendas multifamiliares en parte de estos terrenos protegidos. Sin embargo, el Parque Nacional Macarao resistió las presiones urbanísticas y ambientales.

Zona protegida

Parque Nacional Macarao, tierra de herencia ancestral

El Decreto Ejecutivo Nº 1.046 de junio de 1972, creó el llamado Cinturón Verde de Caracas declarando zona protectora de suelos, bosques y aguas, una porción del territorio que circunda el Area Me­tropolitana de Caracas, que incorporó la zona protegida de Macarao.

Ello contribuyó a la decisión de crear el Parque Nacional pues la declaración, puso de relieve el alto potencial que posee el área para la educación, la investigación y el esparcimiento al aire libre.

De esta forma, los antecedentes de zona protegida y de Bosque Nacional, la revalorización de sus recursos hidrológicos y la presencia de ruinas históricas, fundamentaron la solicitud de que la zona fuera convertida en una reserva biológica, con lo cual quedaría asegurada su protección de una manera permanente.

A finales del año 1973, el Gobierno Nacional dispuso la creación del Parque Nacional Macarao, mediante el Decreto N.º 1.529 de fecha 5 de diciembre.

Amenazas

Parque Nacional Macarao, tierra de herencia ancestral

Debido a una variedad de factores, originados por la intervención humana, el Parque Nacional Macarao está clasificado como un área “Amenazada”, dentro de la categoría de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Áreas urbanas y turísticas se ubican en su periferia con una alta demanda. El Junquito, el Jarillo, la Colonia Tovar, Pozo de Rosas y San Pedro de los Altos, están entre esas localidades.

No es de extrañar entonces que, entre los factores que lo amenazan se encuentren: la colonización humana, la contaminación de las aguas, la introducción de especies exóticas, la cacería ilegal y el turismo no regulado.

Otra de los riesgos a los que se enfrenta son los incendios forestales, más frecuentes durante la estación seca. Su incidencia podría ser reducida con algunas medidas preventivas:  aumentar la vigilancia a lo largo de las carreteras durante los fines de semana para prevenir los incendios producidos por humanos, construir barreras naturales contra incendios, torres de alarma y desarrollar campañas educativas para crear una conciencia acerca del problema y cómo evitarlo.

Para asegurar la conservación del Parque Nacional Macarao, es necesario aplicar medidas de recuperación, eliminar las amenazas actuales y desarrollar acciones para preservar su integridad biológica.

Alto valor turístico

Parque Nacional Macarao, tierra de herencia ancestral

Con más de 57 años de creado, el Parque Nacional Macarao es una excelente opción para el conocimiento de la biodiversidad de Venezuela, así como la práctica de actividades recreativas y deportivas en familia.

Senderos ambientales claramente señalados, con guías y sitios para acampar, permiten disfrutar el contacto con la naturaleza. Sus hermosos paisajes, agradable clima y la presencia de ruinas históricas como Las Mostazas y Los Tapiales, que formaban parte de las rutas de Los Teques a Maracay en la época colonial, le confieren a este parque, un alto valor turístico.

 

Con información de Parks Watch, Minec, Climbing Venezuela y Ecured


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