Cada urbe venezolana cuenta con elementos que ayudan a definirla y forman parte de su identidad. Recorremos nuevamente el país para llevarles, esta vez, tres íconos de ciudades con nombre de Santo.
Y es que muchos de los centros urbanos de Venezuela ostentan nombres de figuras religiosas, influencia de la herencia española. Un reflejo de nuestra historia como país multiétnico y pluricultural.
Veremos expresiones tan diversas y contrastantes como un parque que es testigo de la historia colonial de San Felipe, estado Yaracuy, o un obelisco erigido por una de las comunidades europeas más asentadas en el país, la italiana, en pleno centro de la capital del estado Táchira.
Se suma una concha acústica que, a orillas del Orinoco, ofrece un espacio urbano para la cultura y el encuentro en San Félix, estado Bolívar. Son ejemplos de la diversidad cultural de lo afirmativo venezolano.
El inmortal San Felipe El Fuerte
En la capital de Yaracuy, al pie de la sierra de Aroa, se encuentran, en medio de extensos jardines, helechos y árboles de aguacate, los vestigios de toda una ciudad que yace conviviendo con la naturaleza.
Se trata del único parque histórico arqueológico de Venezuela. Un espacio que muestra los restos de una sociedad que desapareció. Es una reliquia histórica cuyo recorrido, promueve el conocimiento del “Cerrito de Cocorote”, ciudad que vivió en el siglo XVIII.
El espacio de 6,5 hectáreas fue declarado Parque de recreación a campo abierto en 1974, quedando a cargo del Instituto Nacional de Parques (Inparques). Posteriormente, en 1983, “San Felipe El Fuerte”, como se llama, fue declarado Monumento Histórico Nacional.
Este espacio urbano guarda las ruinas de la ciudad que fue destruida por un terremoto el 26 de marzo de 1812. Por si fuera poco, tres días después del movimiento telúrico, fuertes lluvias desbordaron el río Yurubí, inundando todo y dejándola bajo tierra.
Testigo mudo de la historia
Después de siglo y medio de silencio, en 1971, un equipo de antropólogos y arqueólogos de la Universidad Central de Venezuela, inició un trabajo de excavaciones. Coordinados por Mauro Páez Pumar y el arqueólogo J. M. Cruxent y la antropólogo-físico María Urosa, como expertos líderes, se propusieron recuperar lo que se llamó “La Pompeya venezolana”, uno de los tres íconos de ciudades con nombre de santo.
Hallaron fragmentos óseos de cientos de los antiguos moradores de la ciudad, así como vestigios arqueológicos de objetos de su época de esplendor.
Hoy en día, el parque histórico arqueológico guarda restos de 132 cuadras con calles empedradas, y más de 500 edificaciones. Entre éstas se incluyen la antigua iglesia Nuestra Señora de la Presentación con su pila bautismal, que conserva la inscripción: “Esta pila se hizo día 17 de diciembre de 1748 aun siendo mayordomo señor Barquilla a devoción de los hermanos”.
Arraigo sanfelipeño

Fachada de la iglesia Nuestra Señora de la Presentación. Foto Wikipedia.Org.
Resguardado tras un muro perimetral con un arco monumental, el parque cuenta también con un museo arqueológico, en el que se exponen los objetos encontrados en las excavaciones. Además, está poblado de una rica variedad de especies vegetales como samanes, cedros y otros árboles que nacieron entre las ruinas, y es hábitat de animales perezas y pájaros carpinteros, entre otros animales.
Desde la herencia ancestral de las etnias Jirajaras-Nívar, Kaquetíos y Gayones, originarias de estas tierras, hasta los hallazgos arqueológicos que han dado a conocer diferentes aspectos de la sociedad que habitó la ciudad, este lugar cuenta con el arraigo cultural del sanfelipeño, pues es una referencia tangible y material de la historia de su ciudad.
Homenaje de un pueblo inmigrante
Ubicado en la ciudad de San Cristóbal, el “Obelisco de los Italianos” es otro de los tres iconos de ciudades con nombre de santo. Constituye un símbolo y testimonio perenne de gratitud de un pueblo emigrante hacia la ciudad, el estado Táchira y Venezuela.
Fue diseñado por el arquitecto romano Fernando Matticari M, e inaugurado en la Avenida 19 de abril, el sábado 27 de enero de 1968, como ofrenda de la comunidad italiana de Táchira durante la IV Feria de San Sebastián. En el monumento hay una placa con la inscripción: “la colonia italiana al progreso del Táchira / en la feria gigante de América / San Cristóbal, enero de 1968”.
El obelisco muestra un simbolismo clásico pero replanteado desde una tendencia vanguardista. Se levanta como una esbelta columna que contrasta con los majestuosos perfiles de la cordillera andina tachirense.
Hito urbano
Está ubicado en una amplia redoma de las colinas más altas de la ciudad, estratégico nudo vial, el más transitado para la época en que inaugurado, el Obelisco de los italianos ha llegado a ser un hito urbano referencial de la ciudad de San Cristóbal, a través de los años.
La columna central, de forma rectangular ahuecada en su interior, tiene una escalera que asciende hasta el pararrayos, colocado encima del elemento piramidal que lo remata. A lado y lado dos paneles monolíticos, que simbolizan a Venezuela e Italia, sirven a la vez de contrafuertes. Están precedidos por dos astas donde se colocan las banderas de ambos países.
En la mitad del primer tercio de la altura de la columna central, se colocó una figura estilizada, de gran dinamismo, seccionada en tres partes, recubiertas con láminas de acero inoxidable: El Ángel de la Victoria Tachirense o Victoria Tachirensis. Representa los logros, el progreso y el futuro tachirense.
Iconográficamente le dan forma a una estilizada diosa de la Victoria (o Niké, del griego Νίκη), deidad venerada en la isla de Samotracia.
Patrimonio de Táchira y de Venezuela
Originalmente el monumento contaba con espejos de agua, fuente luminosa frontal, jardinería y cerramiento con muro de ladrillo macizo, alternado con rejas metálicas. En 1997 como parte de un proyecto de ampliación de las vías de la ciudad, se ensanchó la avenida 19 de abril, reduciendo sus espacios ornamentales. De redoma o plaza circular inicial, con otras reformas como la de 2006 y 2015, la planta del obelisco pasó a tener la forma de elipse y el aspecto que presenta en la actualidad.
La comunidad italiana agregó, en 1992, una placa conmemorativa, en homenaje al genovés y almirante de Castilla, Cristóbal Colón.
El Obelisco de los italianos fue declarado patrimonio cultural de San Cristóbal y del estado Táchira en 1997, posteriormente Bien Cultural de la Nación.
Concha acústica de San Félix
A orillas del río Orinoco, en el Malecón de San Félix, está la Concha Acústica de San Félix, el último de los tres íconos de ciudades con nombre de santo que integran este recorrido. Se trata de un espacio urbano propicio para actividades culturales, académicas, religiosas y comunitarias.
Fue construida en 1985 por la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) junto al malecón de la ciudad, ubicado en el municipio Caroní, del estado Bolívar. Los habitantes de San Félix recuerdan que, anteriormente, en ese espacio estaba el puerto, con decenas de locales, y una ceiba en la que amarraban las embarcaciones que llevaban y traían pasajeros a los islotes Fajardo, Providencia y Teodoro.
La Concha Acústica de San Félix mide de 20 a 22 metros de largo por 10 a 12 metros de ancho. En los alrededores hay muros de piedras que sirven de protección. Está rodeada de caminerías, bancos de concreto, un monolito de hierro y una escultura del General Manuel Carlos Piar, libertador de Guayana.
Valor patrimonial
La concha está conformada por una plataforma de concreto de aproximadamente un metro de altura. Unos escalones llevan al escenario abierto, con revestimiento de cerámica, que optimizan el acondicionamiento acústico.
Obra comunitaria de reconocido valor patrimonial, fue concebida como un espacio cultural de relevancia, registrada por ello en el Catálogo del Patrimonio Cultural del municipio Caroní. Sus capacidades espaciales y estratégica ubicación, permiten la organización de programas de danza, teatro, yoga, títeres y mucho más. Un espacio donde el río Orinoco, por su imponente presencia, también es protagonista de los espectáculos y actividades que allí se realizan.
Estos tres íconos de ciudades con nombre de santo, son huellas de la actividad humana que llegan a convertirse en imagen de toda una ciudad.
Ya cuenten con decenas de años de antigüedad o siglos, estos espacios urbanos disfrutados por sus habitantes, se suman a lo que caracteriza a los habitantes de estas ciudades e incluso, a todo el país. Y es que estos tres íconos son solo una muestra, de los muchos que tenemos en esta pródiga Nación.
Con información de IAM Venezuela, Bitácora del Cronista, Catálogo del Patrimonio Cultural del Municipio Caroní del estado Bolívar
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5 comentarios
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Muchas gracias, nos anima a continuar.
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