Las enfermedades infecciosas humanas se están agravando por efecto del cambio climático. Las cifras, reveladas por el estudio realizado por un grupo de científicos de la Universidad de Hawaii, son sorprendentes.
De 375 enfermedades ocasionadas por patógenos (bacterias, virus, hongos o parásitos) que enfrenta la humanidad en todo el mundo, 218 han sido afectadas por los eventos climáticos.
Si bien los investigadores tenían la certeza de un vínculo entre el cambio climático y las enfermedades causadas por patógenos, su mayor interés para iniciar el estudio fue “cuantificar ese efecto, conocer cuán grande era”.
Luego de revisar más de 70 mil estudios científicos publicados, centraron su análisis en los que contenían casos probados de afectación de enfermedades infecciosas por eventos climáticos, vinculados al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero como el calentamiento atmosférico y de los océanos, sequías, inundaciones, tormentas, aumento del nivel del mar, y cambio en la cobertura natural de los suelos.
Para cuantificar el impacto de las enfermedades infecciosas, el equipo científico tomó en consideración tres factores que no habían sido previamente relacionados. El tipo de agente patógeno (virus, batería, hongo o parásito). La vía de transmisión, a través de vectores (mosquitos, murciélagos o roedores), el agua o los alimentos y, por último, el evento climático que agravó la enfermedad (aumento de las temperaturas, inundaciones, etc).
Cambio climático y salud
Cada vez más estudios científicos evidencian que la salud humana y la de Tierra están relacionadas. También ha quedado demostrado la interdependencia del clima, la biodiversidad y las personas.
Hoy, en medio de la pandemia del COVID 19 que vive la humanidad desde 2020, diversas regiones del mundo padecen intensas y largas sequías, olas de calor sin precedentes y fuertes inundaciones, entre otros fenómenos extremos. Peligros climáticos que, de acuerdo al sexto informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, serán inexorables en las próximas dos décadas.
“Las inundaciones, por ejemplo, pueden propagar la hepatitis. El aumento de las temperaturas puede ampliar la vida de los mosquitos portadores de la malaria. Las sequías pueden atraer roedores infectados con hantavirus a las comunidades en su búsqueda de alimentos”, señalan los investigadores de la Universidad de Hawaii, en un artículo que sobre su estudio publicaron en The Conversation
De acuerdo a los autores, el mayor número de enfermedades infecciosas agravadas por el cambio climático, tiene su origen en la transmisión por vectores, como los mosquitos, los murciélagos y los roedores. Respecto al tipo de peligro climático, la mayoría se asoció al calentamiento atmosférico, las fuertes precipitaciones y las inundaciones.
Patógenos y eventos climáticos en un mapa
“Dadas las amplias y generalizadas consecuencias de la pandemia de COVID-19, es verdaderamente aterrador descubrir la enorme vulnerabilidad de la salud resultante de las emisiones de gases de efecto invernadero”, dijo Camilo Mora autor principal del estudio e investigador y docente del Departamento de Geografía y Medio Ambiente de la Universidad de Hawaii, al portal SciDev.Net.
La base de datos creada por los autores, a partir de los datos de 830 de los 77 mil estudios científicos revisados y especificaban una enfermedad específica en un lugar y/o periodo de tiempo determinado, contiene los peligros climáticos, las vías de transmisión, patógenos y enfermedades. Diseñaron también, un mapa interactivo de todas las vías entre el peligro y el patógeno, que está disponible en línea. “Fue prácticamente un shock ver cómo creció la base de datos que armamos con esas conexiones”, afirmó Mora.
La gran cantidad de enfermedades infecciosas y vías de transmisión exacerbadas por los peligros climáticos, revela la magnitud de la amenaza que representa cambio climático para la salud humana; así como también la necesidad urgente de trabajar en la fuente del problema: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero con acciones contundentes.
Peligros climáticos, patógenos y seres humanos
Cuatro formas clave en que los peligros climáticos interactúan con los patógenos y los seres humanos, hallaron los investigadores en su estudio. Las cuales se explican a continuación:
– Acercamiento de los patógenos a las personas
Los peligros climáticos están provocando, en algunos casos, cambios en las áreas de distribución de los animales y organismos que actúan como vectores de enfermedades infecciosas peligrosas.
Un ejemplo de ello es la alteración en la distribución de los mosquitos originada por el calentamiento y la alteración de los patrones de precipitación. Al respecto, el estudio refiere los cambios geográficos en los brotes de la malaria y el dengue, enfermedades transmitidas por estos insectos, en las últimas décadas se han relacionado con estos eventos climáticos.
– Aproximación de las personas a los agentes patógenos
Los desastres naturales pueden alterar los patrones de comportamiento de los seres humanos de manera que aumenten sus posibilidades de estar expuestos a los patógenos. Durante las olas de calor las personas pasan más tiempo en el agua, lo que podría provocar un aumento de los brotes de enfermedades transmitidas por esta vía. Por ejemplo, las infecciones provocadas por especies de la batería vibrios, se incrementaron de forma sustancial en Suecia y Finlandia, luego de una ola de calor que azotó el norte de Escandinavia en 2014.
– Potenciación de los patógenos
En ciertos casos, los peligros relacionados el cambio climático han provocado condiciones ambientales que aumentan las oportunidades para que los patógenos interactúen con los vectores. También pueden incrementar la capacidad de los patógenos para causar enfermedades infecciosas graves en los seres humanos.
El agua estancada, producto de las intensas lluvias e inundaciones, por ejemplo, es caldo de cultivo para los mosquitos y puede producir un incremento de la transmisión de la fiebre amarilla, el dengue, la malaria, la fiebre del Nilo Occidental y la leishmaniasis.
Por otra parte, el aumento de las temperaturas contribuye a que los virus se vuelvan más resistentes al calor, lo que implica, a su vez, un aumento de la gravedad de la enfermedad, porque los patógenos se adaptan mejor a la fiebre del cuerpo humano.
También, conduce a una mayor tolerancia de los patógenos fúngicos al calor. La repentina aparición de infecciones humanas, en varios continentes, resistentes al tratamiento de Candida auris, llamado hongo negro, que antes no era perjudicial para el ser humano, ejemplifica esto.
– Disminución de la capacidad del cuerpo para enfrentar patógenos
La exposición a condiciones que amenazan la vida, como inundaciones y huracanes, olas de calor, así como la depresión por la pérdida de medios de vida debido a la sequía, son algunos ejemplos de cómo los peligros climáticos inducen al estrés y las variaciones de cortisol impactando en la salud del cuerpo y su capacidad para hacer frente a los patógenos.
Otro ejemplo de las condiciones de vulnerabilidad frente a las consecuencias de los eventos climáticos, que facilitaron brotes de diarrea, cólera y disentería, es la sequía, que reduce la disponibilidad de agua.
Uno de los hallazgos de esta investigación, también relacionado con el calentamiento global, hace referencia a un brote de ántrax en el Ártico. Un análisis genético realizado sugiere que la cepa bacteriana pudo venir de un animal desenterrado por el descongelamiento del suelo. El equipo científico envía una alerta pues el derretimiento del permafrost puede abrir una “caja de Pandora” de antiguas enfermedades infecciosas.
Con información de Nature, Scidev y The Conversation
No te pierdas
> Es inequívoca la amenaza del cambio climático para la humanidad
> Ciclo de agua se está alterando más rápido por el cambio climático
> Calentamiento global: estamos en alerta roja
> Viruela del mono ¿nuevo aviso de la naturaleza?