Cada año, en casa de Doña María se rinde honor a una centenaria tradición, vestir la Cruz de Mayo. Terminando el mes de abril, esta caraqueña comienza a trabajar con mucha devoción en la cruz que era de su abuela.
Todos los años varía la forma y materiales con la que la “viste”: flores de tela o papel, retazos de tela brillantes, cintas, cuentas de colores y otros elementos alegres que hacen de la pieza de madera, un festivo homenaje a la tradición que su familia ha guardado por varias generaciones.
En Venezuela son muchas las familias y comunidades que por más de 150 años han mantenido la devoción a la Cruz de Mayo, cuyo velorio, constituye una de las manifestaciones más representativas de la idiosincrasia cultural y religiosa del país. Una centenaria tradición de origen ibérico que evidencia el sincretismo que nos define, pues la festividad, de esencia cristiana, se ha fusionado con rituales y creencias indígenas y africanas.
Centenaria tradición
La manifestación fue traída por los sacerdotes españoles que acompañaron a los colonizadores, quienes celebraban el 3 de mayo de cada año, el hallazgo de Santa Elena, madre del emperador Constantino, de la cruz en la que murió Jesús.
Tiene como antecedente la antigua Festividad de los Mayos, que rendía tributo a la naturaleza a través de un tronco o tótem, al cual le bailaban y le colocaban adornos y flores.
Con la llegada de la religión cristiana, esta festividad fue acogida por la nueva fe, cambiando el tronco por la cruz. En su honor, cuando llegaba el mes de mayo, los ancestros venezolanos solían adornar la Santa Cruz con las primeras flores.
Después de un tiempo, la celebración fue adoptada por indígenas venezolanos y esclavos africanos, quienes sumaron sus propias costumbres y ritos, dando paso a una celebración para propiciar las buenas cosechas que recibirían.
Por las buenas cosechas
Hoy en día, la cruz es adorada como símbolo de la fe cristiana que representa la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo y, al mismo tiempo, una metáfora del ciclo de siembra y recolección de las cosechas.
Por el clima tropical de Venezuela, la festividad coincide con el inicio de la primavera, la llegada de las lluvias y el inicio de la época de las cosechas, por lo que representa la fertilidad de la tierra y el alimento del campo.
Durante la celebración del velorio de la Cruz de Mayo predominan los ruegos por la abundancia de las cosechas y la prosperidad futura. Además se pide por salud y amparo.
También se hacen ofrendas de gratitud a Dios y a la naturaleza, además de solicitar la protección de la virgen para todo el año.
Esta celebración genera un sentido de pertenencia profundo pues está muy arraigada en el sentir del pueblo campesino. Sentimiento que ha trasladado a las ciudades, debido a la migración del campo a los centros urbanos.
La tradición de “vestir” la cruz
En Venezuela, la festividad de la Cruz de Mayo contempla la tradición de “vestir” la cruz que es fabricada con madera. Se utilizan flores frescas y coloridas como por ejemplo, rosas, jazmines, malabares, trinitarias y clavellinas. Otra opción son las cintas, lazos, papeles de colores, luces, etc. Una vez engalanada, se coloca en el altar.
Las familias y comunidades preparan el altar con caña amarga arqueada, generalmente, que luego es cubierto con manteles o telas, y decorado con cintas de colores que hagan juego con las flores utilizadas en la cruz.
La tradición, arraigada en buena parte del país, forma parte de lo afirmativo venezolano, pues ha evolucionado y se ha convertido en una verdadera fiesta patronal en 20 estados y el Distrito Capital.
Velorio de la Cruz de Mayo
Declarado Patrimonio Cultural de la Nación por el Instituto de Patrimonio Cultural (IPC), el Velorio de la Cruz de Mayo también es conocido como una “fiesta agraria”, debido al agradecimiento que se realiza a la Santa Cruz por la buena cosecha.
La manifestación cultural-religiosa, sembrada en la tradición venezolana desde hace más de 150 años, representa una de las manifestaciones culturales más ricas y variadas que se trasmite de generación en generación desde tiempos coloniales.
Aunque la Iglesia Católica decretó el tercer día de mayo como fecha oficial de la conmemoración, el velorio de la Cruz de Mayo en Venezuela se extiende durante todo el mes, excepto en los estados Táchira, Mérida y Zulia.
Generalmente esta festividad se celebra en espacios abiertos como plazas, patios de viviendas o montañas, lugares donde la comunidad se reúne para preparar el altar y adornar la cruz con diversos materiales y formas, que varían según la región.
Respeto, cantos y baile
Al velorio asisten también cantantes populares que armonizan e interpretan los mejores cantos para rendir homenaje a la cruz. La costumbre determina que antes de comenzar el baile se cubra la cruz en señal de respeto.
Llegado el momento, diferentes manifestaciones musicales como galerones, punto y llano, fulías, malagueñas, romances y tonos, poniéndole el punto a la fiesta. Los los instrumentos utilizados son los típicos de cada región: el cuatro, mandolina, guitarra, tambor cuadrado, acordeón y maracas.
Durante las fiestas se suelen repartir bebidas y dulces típicos que en cada casa se prepara.
Patrimonio de Venezuela
La tradición tiene gran valor en localidades como Choroní y Puerto Colombia en el estado Aragua, donde propios y visitantes celebran este día con una fiesta a la orilla del mar, bailando en torno a la cruz, al ritmo de los tambores, hasta el amanecer.
Sin embargo, en el estado Miranda donde el golpe de tambor más fuerte, no se baila pero si canta durante toda la noche. Allí la fiesta, originalmente, continuaba hasta que las velas se acabaran, una referencia de la razón por la cual se conoce como velorio de la Cruz de Mayo.
En los municipios Rojas y Sosa del estado Barinas, los preparativos para vestir la cruz comienzan la mañana del 2 de mayo y la celebración se prolonga hasta la festividad de Corpus Christi. Por generaciones se ha mantenido esta tradición mezclándose con aportes indígenas y africanos, lo que le ha dado colorido y dramatismo.
La conmemoración tiene un giro en Yumarito, poblado del Yaracuy. Cada año le toca a una familia diferente vestir la cruz, que tiene más de 80 años y todavía está en buen estado. El vestido que se le coloca es de papel de colores rojo, morado y amarillo, la persona encargada de vestirla lo hace con la finalidad de cumplir una promesa.
Durante esta celebración toda la comunidad se reúne en un ambiente de gran compañerismo, cantan la salve, rezan con fe y participan en juegos tradicionales como las adivinanzas, por ejemplo, y toman chocolate.y
Con información de Registro de Patrimonio Cultural, Hablemos de Culturas y Tierra de Gracia
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