En las alturas de la Cordillera andina venezolana vuela la mariposa Duende de los páramos. Esta especie, exclusiva de Venezuela, es propia de este paisaje agreste y hermoso. Habita a 3.000 metros sobre el nivel del mar, en las montañas merideñas, específicamente en las serranías de Santo Domingo y La Culata.
Conocida también como mariposa de Juan Félix Sánchez o Duende del Páramo, esta especie de la familia Nymphalidae enfrenta grandes riesgos. La sustitución de la vegetación original, el pastoreo y la quema periódica del páramo han puesto en amenazan su existencia, mermándola en la última década, por lo que ha sido declarada en peligro crítico de extinción.
Adicionalmente, la información sobre su población real es insuficiente y hay carencia de medidas específicas orientadas a su preservación.
Mariposa o lepidóptero
De nombre científico Steromapedaliodes sanchezi, las mariposas o lepidópteros forman parte de una orden de metamorfosis completa.
En la fase adulta tienen dos pares de alas membranosas cubiertas de escamillas, muchas de ellas con vistosos colores. También poseen una boca tipo chupador en forma de tubo alargado que se repliega en espiral.
La mariposa Duende de los páramos pertenece a la familia Nymphalidae, individuos de gran capacidad de vuelo, que suelen estar alertas. Sus larvas se desarrollan sobre las plantas.
Esta familia de mariposas puede observarse en áreas abiertas del bosque nublado, a partir de los 1.500 metros sobre el nivel del mar.
Duende de los páramos
Este insecto es también conocido como Sanchez’s brown, Sanchez’s brown butterfly y mariposa marrón de Juan Félix Sánchez, en honor al popular artista merideño de San Rafael de Mucuchíes, una localidad a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar, el hábitat ideal para este invertebrado.
De talla mediana, la mariposa Duende de los páramos alcanza en promedio unos cuatro centímetros de ala a ala. Es de color marrón o café oscuro a negro. Las alas posteriores están espolvoreadas de blanco. Una mancha clara de forma subpentagonal extendida en la cara dorsal de las alas anteriores, es su característica relevante.
Endémica del páramo andino venezolano, la Duende de los páramos se encuentra en las sierras de La Culata y Santo Domingo, en el estado Mérida.
Se han recolectado ejemplares en la región del páramo del Tisure, entre los 3.300 y 3.700 metros de altitud; así como en otras porciones parameras de la vertiente suroriental de la cordillera de Mérida, en la serranía de Santo Domingo entre 2.800 y 3.050 metros de altitud, específicamente. Su área de distribución se extiende hasta el páramo de Piñango, en la serranía de La Culata.
En peligro crítico de extinción
La población de la mariposa Duende de los páramos es desconocida, pues no hay suficiente información sobre ella. La data disponible indica que ocupa un área reducida. Además, se calcula que en la última década ha tenido una tendencia negativa a perder ejemplares entre 60 y 80%. Por ello ha sido calificada globalmente como una especie en Peligro Crítico, según los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), y en el Libro Rojo de la Fauna Venezolana.
Factores como la sustitución de la vegetación original, el pastoreo y la quema periódica del páramo, amenazan a la especie porque afectan la disponibilidad de las gramíneas nativas con las que se alimenta durante las fases juveniles. Por otro lado, aunque la mayor parte del hábitat de esta especie endémica se encuentra dentro de los parques nacionales Sierra Nevada y Sierra de La Culata, hay una carencia de medidas específicas para su preservación. En general, entre los factores más importantes está también la escasa investigación, lo que imposibilita confirmar el estado real de la mariposa Duende de los páramos, y proponer con base a los hallazgos, medidas adecuadas para su conservación.
Para ayudar a preservar a esta especie endémica de Venezuela, así como la de la mayoría de las especies de mariposas parameras de los Andes venezolanos, es necesario erradicar el pastoreo de ganado y controlar los incendios espontáneos o provocados en durante la estación seca en el páramo.
Es es uno de los tres insectos propios del país en riesgo de extinción, junto con la también endémica mariposa paramera del Cendé, en Trujillo, y la mariposa manchada del Tamá, en Táchira.
El hogar de la mariposa Duende
Como su nombre lo indica, el páramo es el hábitat de esta mariposa. Este ecosistema con características ecológicas y geográficas particulares, “prosperó en la faja ecuatorial de los Andes, la cadena montañosa emergida más extensa del planeta. Al estar aislado, rodeado por un mar de selva, tiene singularidades biológicas”. Gracias a ello, alberga una biodiversidad extraordinaria, que incluye especies endémicas como la Duende de los páramos.
Se pueden distinguir estos ambientes desde lejos por el color verde claro en las cumbres de las montañas, sobre el verde oscuro de la selva nublada. Destaca en este paisaje la formación vegetal plena de herbazales y arbustos, además de la presencia de plantas en rosetas, donde predomina el frailejón.
El páramo es un lugar de contraste como resultado de múltiples factores ambientales y antropogénicos. Debido a las variaciones extremas diarias de la temperatura, el clima tiene una influencia marcada.
Por las noches las temperaturas pueden descender al punto de congelación, mientras que durante el día pueden ser muy cálidas. Además, la lluvia moderada o poca, la frecuente nubosidad, los vientos y excepcionales nevadas, condicionan la adaptación y distribución de los seres vivos en este ecosistema.
Valiosa biodiversidad
El Diccionario de la Real Academia Española señala que la palabra páramo proviene del latín paramus, que refiere un “terreno yermo, raso y desabrigado; lugar sumamente frío y desamparado”, pero nada está más apartado de la realidad de este ecosistema.
Las particularidades proveen al páramo de una singular biota con alto grado de endemismo, porque la mayor parte de sus especies han desarrollado complejas adaptaciones para vivir bajo condiciones climáticas extremas. Si bien casi todos los páramos venezolanos están protegidos mediante parques nacionales, se enfrentan a amenazas como el uso excesivo de agroquímicos tóxicos, relacionados con la ganadería extensiva y la agricultura.
Entre las otras actividades que degradan este frágil ecosistema están las quemas recurrentes, la cacería furtiva, la tala, la minería ilegal, el tránsito vehicular en zonas de alta fragilidad, la extracción de flora y la destrucción de la vegetación.
Actividades que además afectan los suelos y su capacidad para retener agua. La quema, tala, eliminación de vegetación natural y el pisoteo del ganado los erosionan, los compactan y desaparecen los colchones de musgo. Con ello reducen la capacidad del páramo de retener agua para distribuirla montañas abajo. Y por supuesto, aumentan el riesgo de extinción de animales endémicos como la mariposa Duende de los páramos.
Con información de Especies Amenazadas y Sierra Nevada de Mérida
Orellana, Andrés. “Mariposas de los páramos de la Sierra nevada y Sierra de La Culata (Cordillera de Mérida, Venezuela)”.
Fotos cortesía de Libro Rojo de la Fauna Venezolana y Wikipedia.
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