Desde el año 2022 un grupo de investigadores venezolanos trabajan en el cultivo del caballito de mar (Hippocampus) apuntando al repoblamiento de esta especie en riesgo de extinción en manglares ubicados en Mochima, estado Sucre. El proyecto desarrolla estas acciones como medida de mitigación frente al cambio climático.
Durante 2024 se contabilizaron más de ocho mil caballitos de mar liberados en diferentes playas del país, pues el proyecto contempla el repoblamiento en otros estados de Venezuela con condiciones naturales para su reproducción. Además, estas actividades permiten crear conciencia en las personas para que cuiden el medio ambiente y a los caballitos de mar.
De esta manera, con el talento, el conocimiento y el esfuerzo de científicos venezolanos se avanza en la protección de esta especie declarada como vulnerable.
Cultivando el caballito de mar
El proyecto “Cultivo del caballito de mar Hippocampus en condiciones de laboratorio para el repoblamiento de las poblaciones naturales en los manglares del Parque Nacional Mochima como medida para su conservación frente al cambio climático”, es desarrollado por investigadores adscritos a la Fundación Instituto de Estudios Avanzados (IDEA).
Rubén Penott, encargado de la Estación de Investigaciones Marinas Mochima, destacó la relevancia de este proyecto debido a que “estas especies a nivel mundial se encuentran en la lista roja entre las especies que están en peligro de extinción. Nosotros lo que estamos haciendo es tratar de mitigar o ayudar las especies en el medio natural debido al equilibrio que proporcionan al medio ambiente”.
Este proyecto inició con la recolección de reproductores naturales y las posteriores primeras liberaciones de caballitos en la bahía de Mochina. “Estas liberaciones se pueden llevar a cabo en otros estados del país donde existan las condiciones naturales para llevar los caballitos y continuar haciendo esta repoblación”, afirmó Penott, biólogo con más de 40 años de experiencia, quien añadió que en la actualidad el equipo de trabajo impulsa otros proyectos “para continuar con el crecimiento y engorde de los caballitos de mar, probar dietas y acortar el tiempo de crecimiento”.
Escuela abierta
Al comienzo los investigadores capturaron siete ejemplares de caballito de mar adultos de los cuales cinco eran hembras y dos eran machos. Con ellos comenzaría el proyecto de repoblamiento.
Se requiere un lapso de una semana para que los caballitos fecunden sus huevos, después de un periodo de 21 días de gestación, el macho – que es el responsable del desove – expulsa las crías. Cada uno de estos caballitos produce entre 300 y 400, e incluso algunos pueden llegar a liberar 600 en un solo ciclo reproductivo.
Hasta ahora, han logrado una tasa de sobrevivencia del 55% en sus proyectos de reproducción, con expectativas de alcanzar hasta un 80% este año.
“La estación de investigaciones de Mochima es una escuela para todo el que se acerque”, expresó Carol Lárez, bióloga e investigadora asociada a la Estación de Investigaciones Marinas Mochima, al referirse a la importancia del centro para la formación y el desarrollo de investigaciones marinas.
Más de ocho mil caballitos de mar liberados en 2024
Gracias a la alianza estratégica desarrollada entre los ministerios de Ecosocialismo y Ciencia y Tecnología, y la Fundación de Especies Marinas (Fundemar), más de ocho mil caballitos de mar fueron liberados en diferentes playas del país el año pasado.
Una de estas jornadas se realizó en diciembre de 2024 en el Parque Nacional San Esteban en Isla Larga, estado Carabobo, donde se liberaron 900 caballitos de mar. Durante la actividad se realizó, además, la siembra de 1.000 fragmentos de corales, una acción que marca un hito en la conservación marina al ser la primera granja de corales en el país.
Al respecto, los responsables del proyecto enfatizan que estas actividades contribuyen a mitigar la pérdida de la especie que a nivel mundial se encuentra en peligro de extinción, por lo que unen esfuerzos para contribuir a que no se pierda en las costas venezolanas.
En este contexto, los investigadores han donado caballitos de mar a comunidades que cuentan con baja población de estos ejemplares. Entre éstas se incluye la de Turpialito, que contaba con baja población de estas especies a la que proporcionaron 100 caballitos para que fueran liberados en su medio natural.
Pequeños guardianes
Niños y niñas del país se han sumado a la protección del caballito de mar, participando activamente en las liberaciones de ejemplares. Una de estas jornadas se realizó en el Parque Nacional Mochima, en mayo de 2024, donde fueron liberados más de mil ejemplares de las especies Hippocampus reidis e Hipocampus erectus, con el objetivo de repoblar los parches de manglar y recuperar las especies amenazadas.
La actividad se realizó en la Estación de Investigaciones Marinas Mochima de la Fundación Instituto de Estudios Avanzados (IDEA), y contó con la participación de niños, niñas y jóvenes pertenecientes al Programa Nacional Semilleros Científicos.
La jornada estuvo acompañada por investigadores y personal de la Universidad de Oriente (UDO), la Fundación para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología (Fundacite Sucre), Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo, entre otros organismos. Los científicos se encargaron de guiar y orientar a los pequeños sobre la significación de recuperar las poblaciones de estos teleósteos, resaltando la importancia de la cría y reproducción de los hipocampos y tortugas marinas, especies que se encuentran amenazadas por la crisis climática y la intervención humana.
También destacaron el crucial papel de los ecosistemas de manglar en los hipocampos y su función como santuarios para diversas especies marinas, especialmente durante la etapa juvenil. Ante esto, los niños se comprometieron a asumir el rol de guardianes de los tesoros naturales y a difundir la importancia de su protección.
El caballito de mar
El caballito de mar cuyo género es Hippocampus pertenece a la familia Syngnathidae. Recibe otros nombres como Lined seahorse, Northern seahorse. Posee una cabeza bien diferenciada, ubicada en ángulo recto con respecto al torso, donde se distinguen dos aletas pectorales a los lados, una dorsal sobre los dos últimos anillos del tronco y el primero de la cola, así como una anal, pequeña, en la región ventral del abdomen.
Su dimorfismo sexual se evidencia en la bolsa incubadora de los ejemplares machos. El perfil ventral de la región torácica es marcadamente convexo; tronco ancho y robusto en los individuos adultos. Presenta una coloración muy variable, que va desde marrón, negro, beige, amarillo y rojo, por lo general con líneas blancas o marrones a los lados de la cabeza y el cuerpo.
Exhibe 11 anillos en el tronco, mientras que su aleta dorsal se ubica sobre tres anillos, dos del torso y uno de la cola. Dispone de una espina supraocular, además de una espina en la mejilla. Su rostro corto alcanza entre 2,7 y 3,2 veces la longitud de la cabeza, con una coroneta alta y prominente.
Hippocampus erectus se encuentra en el Atlántico centro-occidental y se distribuye desde Nova Scotia, Canadá y el norte del Golfo de México hasta Panamá y Venezuela. En nuestro país los ejemplares de esta especie habitan manglares, praderas de fanerógamas marinas como Thalassia testudinum, y en zonas de arrecifes coralinos.
Especie vulnerable
A nivel global, al caballito de mar se le incluye en la categoría IUCN 2014, declarándose como vulnerable, misma categoría que tiene en Venezuela.
El monitoreo en lagunas litorales y superficies costeras del oriente del país indica muy bajas densidades poblacionales. Esto concuerda con los elevados niveles de reducción de sus colonias a lo largo de su área de distribución, estimados en al menos 30%.
Por otra parte, el género Hippocampus fue incluido en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES 2014), lo que implica que los 165 países miembros de esta Convención, entre ellos Venezuela, deben llevar a cabo un monitoreo sobre el comercio internacional de los caballitos de mar y generar el conocimiento necesario sobre sus poblaciones silvestres (CITES 2002), con el objeto de contar con la información suficiente para evaluar y determinar los impactos que se ejercen sobre ellas.
Entre los factores que amenazan la existencia del caballito de mar están la pérdida y fragmentación de sus hábitats naturales, tales como praderas de fanerógamas, ecosistemas coralinos y de manglar, la pesca intencional para su comercialización como recursos medicinales, peces ornamentales y la fabricación de curiosidades artesanales. A ello se suma las capturas accidentales por aparejos de pesca no selectivos.
Con información de Mincyt, Mincyt 2 y Especies Amenazadas
Fotos cortesía de Mincyt
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