Es el roedor más grande del mundo y se integra al paisaje de buena parte de nuestro país, especialmente de la región llanera, donde está siempre presente. El chigüire, gigante de Los Llanos, es un herbívoro de hábitos gregarios, asociado a los cuerpos de agua, que habita tanto en sabanas como en áreas boscosas.
Estos roedores son, además, los únicos de su especie que se alimentan o «pastan» en manadas familiares y viven en una estructura social muy organizada, establecida en un territorio definido. El Chigüire – Hydrochoerus hydrochaeris – se encuentra en los llanos, el Orinoco, el Delta, Guayana, Barlovento, estado Miranda, en el Lago de Valencia y en los llanos centro occidentales. En la cuenca del Lago de Maracaibo habita una variedad conocida como Piropiro, el Hydrochoerus isthmius.
Ambas especies están adaptadas perfectamente a las condiciones bioclimáticas del continente y se encuentran prácticamente en toda Latinoamérica, lo que además le confiere una potencialidad como alternativa de producción sustentable de proteínas. Particularmente en Venezuela se acostumbra a consumir su carne en Semana Santa, especialmente, una tradición tan arraigada que incluso, aseguran cuenta con una bula papal o permiso de la iglesia.
Capibara, cochino de agua y más
Debido a la extensión de esta especie en el continente, existen muchas formas de llamarlos. El nombre de la especie del chigüire, Hydrochoerus hydrochaeris, se traduce como “cochino de agua”, y la denominación más común es, quizás, capibara o capybaram, originada en la región del río Paraná, en donde los aborígenes de Tupí-Guaraní utilizan la palabra capiiguá, “el del pasto y del agua”, que hace referencia a los hábitos semiacuáticos de este gigante de Los Llanos.
Otro nombres incluyen: carpincho roedor, Chigüire (Cumanagotos y Palenques), Capigüa (Caribes), Cappiba (Tamanacos), Kiato (Maipures), Chindo (Yaruros) y Chindoco (Guahibos).
En Latinoamérica también le dan varias denominaciones como: Chigüiro (Colombia), Capibara (Brasil), Capihuara (Bolivia, Ecuador), Carpincho (Argentina, Uruguay y Paraguay), Water haas (Guayana) , Wáter zwyn (Suriname) Ronsoco (Perú), Poncho (Panamá), y Cabiai (Guyana francesa). Naturalistas como Humboltd y Buffon incluyeron al chigüire en sus narraciones sobre la naturaleza de Suramérica.
El agua medio para la vida
El chigüire, ese gigante de Los Llanos, vive cerca del agua, es su entorno seguro, su refugio, su medio para copular y reproducirse, escapar de sus enemigos y regular su temperatura corporal. Por supuesto son buenos nadadores y sus pezuñas poseen una membrana entre los dedos.
Su medio de vida además, es el agua, pues allí se alimenta. Son totalmente herbívoros, suelen comer pasto o, al vivir cerca de ríos y lagunas, especies de plantas acuáticas como la “bora” o gramíneas semiacuáticas; la “paja de agua” (Hymenachne amplexicaulis) y la “paja chiguirera” (Paspalum fasciculatum).
Suelen vivir en comunidades habitadas, principalmente, por hembras porque hay varias para cada macho. Estos grupos sociales se rigen bajo una jerarquía de un macho dominante, que nunca abandonan el grupo. La familia cuida sus espacios con celo y expulsa a cualquier intruso, sin distinción de su sexo.
Gigante de Los Llanos
Pertenece a la especie de los caviomorfos y puede pesar, en promedio, de 50 a 60 kilos por lo que es, sin dudas, el mayor representante de las 1.700 especies existentes de roedores o Rodentia. Ante ellos, el capibara luce como un auténtico gigante.
Se comunican a través de señales químicas que producen dos glándulas. El morrillo se encuentra en una protuberancia ovalada sobre el hocico de los machos. Se cree que indica el estado social debido a que el macho dominante la tiene más desarrollada porque es el que más la utiliza.
La otra glándula se encuentra en el ano de ambos sexos, se piensa que sirve para distinguir a los miembros del grupo.
El prolífico chigüire
Los chigüires son animales bastante prolíficos, alcanzan la madurez sexual antes de los dos años y su gestación dura alrededor de cinco meses.
Este gigante de Los Llanos se reproduce en verano, época seca. Como sucede con otros mamíferos sociales, el macho dominante del grupo copula con la mayoría de las hembras, con gran fortaleza y capacidad sexual, repitiendo el acto en muchas ocasiones. Los machos más grandes son los que tienen más éxito en la reproducción.
Las hembras paren en promedio seis crías y pueden tener hasta 1,8 partos por año. Una vez que nacen, tienen poco tiempo antes de alimentarse de pasto, por lo que a las madres no les importa tener que amamantar a una cría que no sea suya. El grupo familiar asume el cuidado de las crías hasta el primer año.
Alternativa protegida
La carne del chigüire posee un gran valor nutricional, rica en proteínas, baja en grasas y además es 100% orgánica. Por ello es muy apreciada en la región llanera y central de Venezuela, en donde se la consume principalmente en la época de Semana Santa.
Aunque no se considera en peligro de extinción, el consumo de su carne lo pone en riesgo constante, así como la afectación de su hábitat. Debido a esto, sus poblaciones en los llanos orientales se han visto mermadas, mientras que se mantienen estables las ubicadas en el Delta del Orinoco y la región de Guayana. Son abundantes las que habitan de los llanos inundables centrooccidentales.
En Venezuela, el chigüire es uno de los tres animales protegidos mediante el Plan de Aprovechamiento Comercial de Poblaciones Naturales, implementado por el Gobierno Nacional. Este plan beneficia también a las babas y a los psitácidos (loro guaro, real guacamayas azul-amarilla y barriga roja), pero el chigüire fue el pionero, siendo aplicado sobre esta especie desde 1968.
Gracias a esa regulación vigente en nuestro país, no puede ser cazado en áreas silvestres sino solo cultivado en granjas autorizadas, que también tienen una reglamentación para comercializar su carne. Sin embargo, sigue practicándose la caza ilegal para vender su carne en el mercado negro y aseguran, que cuando es cazado se le mata a garrotazos con gran crueldad.
Bautizado como pescado
La supervivencia de la costumbre de consumir carne de chigüire en Semana Santa, que aseguran data de la época colonial, da cuenta del sincretismo religioso imperante en el país, aunque también preocupa a grupos ambientalistas.
En el llano venezolano dicen que, durante los días de la semana mayor, al chigüire lo “bautizan pescado”, aseveración que proviene de una antigua leyenda que asegura que en una Semana Santa, un indígena buscaba su alimento y solo pudo cazar un chigüire; al verlo, un misionero le dijo: “En la Semana Santa solo puedes consumir pescado” y el indígena le contestó viendo al animal y echándole agua: “Yo te bautizo pescado”.
Existen más versiones de historias que pretenden explicar el origen de la costumbre, incluso aseguran que como este gigante de Los Llanos pasa gran parte de su vida sumergido en el agua, su carne se asemeja a la del pez de río.
Otra de las referencias asegura, que fueron los ganaderos llaneros quienes promovieron el consumo del capibara, preocupados porque este abundante herbívoro podía competir con su ganado en el consumo de pasto e incluso, traer enfermedades. Comenzaron a cazarlo en época seca (febrero y marzo), cuando están más expuestos, y luego comenzaron a secar y salar su carne para aprovecharla.
Se dice que el Padre Sojo (1739-1799), músico y tío abuelo de Simón Bolívar, obtuvo una bula Papal en la que se autoriza a los venezolanos a consumir carne de chigüire en Semana Santa, permiso que se logró bajo el argumento de que, incluirla dentro de las comidas permitidas en los días santos, ayudaría a extender el ejercicio del evangelio, pues así sus costumbres autóctonas no estarían reñidas con las cristianas.
Chigüire clave para el futuro
Ante la creciente amenaza al medio ambiente por la expansión de las fronteras agrícolas y pecuarias en Venezuela, especialmente en Los llanos venezolanos, una de las regiones más afectadas, el chigüire podría ofrecer alternativas sustentables y ecológicas de producción de alimentos. En este sentido es una de las especies venezolanas que podría ser clave para el desarrollo a futuro que permitan cubrir la creciente demanda.
Uno de los aspectos a considerar es, que en condiciones naturales, su eficiencia reproductiva es seis veces superior a la del ganado vacuno, lo que implica una gran potencialidad para la producción de carne y pieles, con la ventaja de poder ser implementados en armonía con las miles de especies con las que comparte su hábitat.
Programas de manejo y aprovechamiento del chigüire en Venezuela, ejecutados eficientemente desde hace más de cuatro décadas en la región llanera, muestran que el gigante de Los Llanos puede ser comercializado de manera exitosa, a niveles del 30% de sus poblaciones anuales censadas, favoreciéndose su conservación y el mantenimiento de hábitats acuáticos y semiacuáticos.
Del llano para toda Venezuela
Los ricos y biodiversos bosques y sabanas naturales de nuestro llano, ofrecen una alternativa ecológica, saludable y sabrosa, además con raíces en nuestra historia e, incluso, en nuestro pasado ancestral. El chigüire se alza como el gigante de Los Llanos, no solo por ser el roedor más grande del mundo, sino por lo que puede ofrecer.
Sin embargo, es importante concienciar que para que el futuro del chigüire sea lo beneficioso que podría ser para todos, es vital su conservación por lo que es vital el respeto de los planes establecidos para su consumo.
Las últimas décadas han dejado un cúmulo de información biológica porque es una de las especies más estudiadas en nuestro continente, solo se requiere conciencia y voluntad.
Con información de Venezuela Tuya, Río Verde y Tanetanae
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1 comentario
En Venezuela hay una tremenda oportunidad para la cría e industrialización del chiguire por la gran cantidad de tierras inundables y por la aceptación por parte de gran parte de la población para su consumo, en especial la arepa con pisillo de chiguire.
Con la industrialización del pasto hay una mejor opción para su cría en cautiverio. Además será una buena opción para superar la crisis actual de proteína animal y aportará mucho a la soberanía alimentaria.