Un sistema de teledetección temprana de posibles derrames petroleros, que utiliza imágenes satélites de libre acceso, presentó el investigador venezolano Keytor González recientemente.
La propuesta metodológica, que permite detectar y delinear posibles derrames mediante imágenes SAR (Synthetic Aperture Radar) del Programa Copernicus de la Agencia Espacial Europea (ESA), la hace a partir del estudio que realizó en tres áreas estratégicas de Venezuela, ubicadas en los estados Falcón, Carabobo y Zulia.
El sistema contempla el uso de la plataforma de libre acceso SNAP, lo que contribuye a que esta metodología sea accesible para distintos actores involucrados en la gestión de desastres y la protección ambiental del país, lo que representa un significativo avance.
Detección y delineación de derrames petroleros
Fotografía Patrick T. FALLON / AFP.
Para este ingeniero geodesta e investigador de la Unidad de Sistemas de Navegación Satelital de la Agencia Bolivariana para Actividades Espaciales (ABAE), la teledetección y delineación de posibles derrames petroleros es crucial para prevenir daños económicos, sociales y ambientales.
Consciente de esta situación, Keytor González trabajó en una propuesta metodológica denominada Detección y Delineación de Posibles Derrames Petroleros Mediante el uso de Imágenes SAR del Programa Copernicus.
Para estructurar la propuesta realizó un estudio en tres áreas estratégicas del país, ubicadas en los estados Falcón, Refinería de Punta Cardón; Carabobo, Refinería El Palito y Zulia, Costa Oriental del Lago. En la investigación se emplearon imágenes satelitales SAR (Synthetic Aperture Radar) del programa Copernicus de la Agencia Espacial Europea (ESA).
La investigación arrojó tres primeros mapas de delineación de posibles derrames petroleros, uno para cada locación estudiada.
Metodología factible y accesible
La propuesta desarrollada por González se basa en la aplicación de dos métodos de trabajo. El primero tiene que ver con el complemento predeterminado de detección de derrames de petróleo de la plataforma SNAP (Sentinel Application Platform). Mientras que el segundo corresponde a la técnica de umbral optimizado. Además, esta metodología puede ser complementada mediante datos ópticos.
El científico venezolano presentó el sistema durante el ciclo de ponencias en el II Congreso Venezolano de Geociencias, realizado en mayo de este año.
Airma el joven investigador que esta metodología es factible porque se apoya en datos satelitales oportunos y de libre acceso. Acota que el método de optimización facilita, al analista, un mayor control de los parámetros utilizados en el procesamiento de las imágenes, lo que permite reforzar el análisis de los resultados alcanzados en las tres zonas de prueba.
Adicionalmente, el uso de la plataforma de libre acceso SNAP contribuye a que esta metodología sea accesible para distintos actores involucrados en la gestión de desastres y la protección ambiental del país.
Copernicus, SAR, ESA y SNAP
Copernicus es un Programa de Observación de la Tierra desarrollado por la ESA, organización intergubernamental creada en 1975, con la misión de coordinar el desarrollo de la capacidad espacial europea. Este programa ofrece servicios de información basados en datos de observación de la Tierra por satélite y en datos in situ (no espaciales).
A su vez, el Copernicus está conformado por distintas plataformas satélites como el Sentinel 1 o SNAP (Sentinel Application Platform), así como plataformas de datos de altimetría y datos ópticos.
Durante su estudio el investigador venezolano usó la plataforma Sentinel (SNAP), la cual tiene un sensor SAR, siglas en inglés de Synthetic Aperture Radar, que significa radar de apertura sintética.
Se trata de un tipo especial de radar que permite obtener imágenes de alta resolución a larga distancia como, por ejemplo, desde el espacio. Los radares utilizan microondas para medir distancias (alcance). Los sistemas SAR envían pulsos lateralmente y, gracias a esta oblicuidad, el radar puede devolver al sensor las señales de los distintos objetos de la Tierra en diferentes momentos, lo que permite discriminarlos.
Impacto de los derrames petroleros
Los derrames petroleros generan daños económicos, sociales y ambientales. En el ambiente marino, el impacto inmediato de estos eventos es la creación de una película sobre la superficie marina que impide la entrada de la luz en el agua. Esto afecta a diferentes especies dentro del ecosistema marino, como las algas que pueden morir si no tienen luz para realizar la fotosíntesis.
Posteriormente, tiene lugar una contaminación aguda que puede ocasionar, incluso, la muerte de muchos organismos, porque los compuestos del crudo son muy tóxicos. A más largo plazo, el derrame provoca años de afectaciones en el sistema reproductivo y de alimentación de todos los organismos del ecosistema marino. Los más perjudicados suelen ser aquellos que dependen de algas y plantas, como praderas marinas y arrecifes de coral.
También, las tortugas, los delfines y las ballenas, especies que viven en la superficie del mar, pueden sufrir obturaciones en las vías respiratorias. Mientras que las aves podrían morir de hipotermia, debido a que sus plumas llenas de petróleo pierden la capacidad de aislamiento que les da el aceite natural. Otras veces, mueren cuando intentan limpiarse de la contaminación porque ingieren, en el proceso, las sustancias tóxicas del crudo. Sin embargo, los organismos más vulnerables son los moluscos y otras especies al alimentarse filtrando el agua contaminada.
Consecuencias
Una mancha de petróleo en el medio marino puede traer diferentes efectos físicos como la eliminación de especies marinas o costeras; efectos no letales en otras especies como deformaciones o alteración del comportamiento; absorción del petróleo en los tejidos; así como cambios en el medio físico o químico y contaminación en las playas.
En las zonas costeras, donde está el fondo arenoso, el petróleo se puede ir infiltrando poco a poco en el sedimento y a veces permanecer por más de un siglo, impactando a un mayor número de especies y a ecosistemas mucho más productivos.
Ahora bien, el impacto de un derrame varía si el crudo se vierte en la superficie o en las profundidades del mar. Resulta de gravedad cuando gran parte del crudo pesado se queda en los sedimentos profundos. Al afectar a muchas especies longevas – que pueden tener entre 30 y 250 años – en comparación con las de superficie que viven menos tiempo, resulta muy difícil recuperar estos ecosistemas.
Aunque hay ecosistemas que pueden recuperarse más rápidamente porque son más dinámicos, en el caso de ecosistemas de fondos marinos o de zonas costeras, su recuperación podría demorar hasta un siglo. Cuando el derrame no es colosal, tomaría entre 10 o 20 años. Pero si penetra el sustrato marino, en la arena y el fango, tardará más en descomponerse y en recuperarse.
Factores de riesgo de derrames petroleros
Actualmente más de la mitad del transporte marítimo corresponde a hidrocarburos que requieren ser movilizados por esa vía. Por ello, el manejo de millones de toneladas de petróleo, siempre en movimiento sobre las aguas, representa una amenaza permanente.
Por otra parte, el desarrollo de la industria petrolera ha llevado a la instalación creciente de refinerías (costeras en su mayoría), hecho que conlleva un serio riesgo de contaminación y deterioro de recursos marinos y costeros.
Ante estos factores, la posibilidad de manejar sistemas tempranos de detección y delimitación de posibles derrames petroleros resulta de gran valor, especialmente para los países productores de petróleo.
Con información de Mincyt, ESA, BBC y Revista Seguridad Minera
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