Uno de los espacios más emblemáticos de la ciudad capital es el Teleférico de Caracas, el cual, ya cerca de alcanzar sus siete décadas de existencia, sigue distinguiéndose como un novedoso, rápido, atractivo y seguro medio de transporte, que recorre una trayectoria de más de tres kilómetros en tan solo unos 15 minutos.
Desde alturas de más de mil metros, este sistema ofrece una de las mejores vistas de la urbe, regalando al tiempo un emocionante y agradable paseo que lleva al visitante hasta la cima del Waraira Repano.
El espacio natural donde funciona el Sistema Teleférico se estableció como Parque Nacional por Decreto N° 473, en el año 1958, abarcando un área de 66 mil 192 hectáreas. En 1974, la superficie protegida se amplió a 85 mil 192 hectáreas, mediante el Decreto Nº 30.408.
Casi siete décadas de historia
El Sistema Teleférico de Caracas entró en funcionamiento para el público en general el 19 de abril de 1956, en los espacios del Parque Nacional Waraira Repano, área administrada por el Instituto Nacional de Parques (Inparques), ente adscrito al Ministerio para el Ecosocialismo. Fue concluido en diciembre de 1955, bajo el nombre de “Teleférico Maripérez-El Ávila”.
Unos meses antes, el recorrido inaugural fue realizado por el entonces presidente Marcos Pérez Jiménez, quien le dio impulso a esta obra de ingeniería que enlazaría a la ciudad de Caracas con el mar Caribe. Sin embargo, el teleférico se mantuvo cuatro meses en período de prueba, tiempo durante el cual funcionó solamente para personalidades relevantes del ámbito nacional e internacional. Después de abril de 1956, se le fueron incorporando progresivamente cabinas que permitían trasladar hasta 800 personas por hora.
Las obras civiles del Sistema Teleférico de Caracas fueron ejecutadas por diversas compañías venezolanas, mientras que los sistemas teleféricos propiamente dichos estuvieron a cargo de una firma austriaca.
Proyecto original
Este sistema ha pasado por diversas administraciones, lo que ha llevado a modificaciones en el proyecto original. Originalmente el sistema contemplaba cinco estaciones: Maripérez, Ávila, Galipán, San José de Galipán y El Cojo en Macuto, divididas en dos tramos. El primero de ellos comunicaría a la ciudad de Caracas con la parte más alta del Waraira Repano, donde partiera un subsistema de funiculares que trasladara a los usuarios al Hotel Humboldt. Esta sería la primera variación, pues este subsistema aún no existe.
El segundo tramo iría desde la estación Ávila hasta la población de Macuto en el estado La Guaira, pasando por el pueblo de Galipán. El diseño estuvo a cargo de Tomás José Sanabia, quien perteneció a la segunda generación de arquitectos criollos que promovieron el estilo internacional en este proyecto. Además de Sanabria, Alejandro Pietri también participó en el diseño. Estuvo a cargo de las estaciones de Maripérez y El Cojo.
La Estación Ávila1 o Estación de Teleférico Ávila es la segunda de las 5 estaciones originales del teleférico turístico de Caracas, y la estación final. Aunque originalmente era el segundo punto en el sistema construido en la década de 1950, con su cierre a finales de 1970 y su reinauguración en la década del 2000, se convirtió en la última estación del sistema. En el proyecto inicial esta estación permitía la comunicación con las desaparecidas estaciones El Irón – Loma de Caballo y El Cojo.
Salto a las alturas
El Teleférico de Caracas salva un desnivel de 1.100 metros desde la urbe para llevar al visitante a la cima, donde se desarrolla el área pública con una serie de espacios destinados al recreo, descanso y transbordo. El tramo Maripérez – Ávila, abierto desde 1956, permite acceder al Parque Nacional Waraira Repano y a diversos restaurantes, caminerias y sitios de interés como el histórico y emblemático Hotel Humdbolt, un edificio que está a una altitud de 2140 msnm, y cuya arquitectura está compuesta por una torre circular que permite una vista de 360°, con 19 pisos y una altura de 59.50 metros.
Al extremo oeste de la meseta de la cima se ubica un grupo de edificaciones donde se encuentran las estaciones de llegada del teleférico desde Caracas y desde el litoral, que cuentan con un conjunto de terrazas sucesivas unidas a lo largo de un conjunto de rampas. En estas terrazas hay puestos de comida, servicios, y espacios para disfrutar las vistas hacia Galipán, la costa de La Guaira y el valle de Caracas.
Inicialmente estaba previsto que este lugar cumpliría funciones de transbordo para conectar a los usuarios con el hotel a través de un sistema de cabina aérea. Actualmente, los conjuntos de ambos extremos se relacionan por una serie de caminerías.
Desde la cima se domina hacia el sur todo el valle de Caracas y con buena visibilidad, poblaciones vecinas como Ocumare del Tuy y Santa Lucía. Hacia el oeste la montaña de El Junko, Carayaca y Maiquetía y hacia el norte aparecen los huertos y jardines de Galipán en primer término y como fondo el litoral y el mar Caribe. Al este se eleva la silla de Caracas, separada del Ávila por la llamada falla de Humboldt, un precipicio de más de 500 metros de profundidad.
Casi 2.000 personas por hora
El actual sistema del Teleférico de Caracas fue diseñado y fabricado con tecnología austriaca, capaz de transportar hasta 1.920 personas por hora a su máxima capacidad y velocidad de 5 metros por segundo. Las cabinas y la guaya fueron fabricadas por empresas suizas.
Asciende a 2.105 metros, y tiene 87 cabinas, de las cuales 74 cabinas son para usuarios con una capacidad máxima de 8 pasajeros, 10 cabinas VIP o Premium las cuales tienen capacidad para 4 personas con los asientos de cuero, un hilo musical y 1 mini bar. También cuenta con 2 cabinas de carga o mantenimiento llamadas la araña y 1 cabina ambulancia.
Lo más novedoso del teleférico son cuatro cabinas de visión extrema con fondo transparente, que ofrecen una experiencia distinta. Éstas soportan un peso total de 640 kilos y permiten el traslado de seis personas.
Sistema Teleférico Waraira Repano
El Teleférico de Caracas ha tenido sus contratiempos. Estuvo abierto al público solo hasta 1970 y, aunque volvió a estar operativo en la década de 1980, fue cerrado definitivamente en1989 debido al notable deterioro de sus instalaciones. Doce años después, la empresa Inversora Turística Caracas retomó el proyecto y reacondicionó las instalaciones, reinaugurándolo en 2001 con el nombre de Parque Ávila Mágica.
Pero el 2 de agosto de 2007, el Comandante Hugo Chávez, presidente de Venezuela en ese momento, decide que el Estado retome la administración del teleférico para ser puesto al servicio de los venezolanos, con el objetivo de reivindicar al pueblo en su derecho a disfrutar plenamente de los espacios turísticos de la nación. No solo se reacondicionaron las instalaciones del sistema, sino además se remodeló el emblemático Hotel Humboldt, logrando con estas acciones recuperar estos espacios luego de años de abandono histórico en las décadas de 1960, 70 y 80.
Con el objetivo de honrar a los primeros pobladores de la montaña, los indígenas de la etnia Caribe, quienes llamaron a la montaña “Waraira Repano”, que significa “lugar donde habitan muchas dantas”, se realizó el cambio de denominación La gestión comercial pasó a manos del Ministerio de Turismo y Venezolana de Teleféricos (Ventel) en octubre del 2007.
Sin embargo, el teleférico no se detiene ahí. Se pretende continuar con el proyecto original uniendo la costa del litoral central con Caracas, para un recorrido aproximado de 7,5 kilómetros lineales. Los usuarios podrán disfrutar del sol, la playa, la montaña y la ciudad capital en un viaje estimado de 45 minutos. En el 2014 se iniciaron las construcciones de la línea hacia La Guaira del Sistema Teleférico Warairarepano-Macuto.
El nuevo tramo contaría con cuatro estaciones: Warairarepano (Terminal), San José de Galipán, La Hacienda y El Cojo (Terminal).
Con información de Ventel, Minec, Venezolanos Ilustres
Catálogo del Patrimonio Cultural del Municipio Libertador. Tomo 2, Lo Construido. Instituto del Patrimonio Cultural, Caracas, 2007.
No te pierdas
> Waraira Repano, guardián eterno de Caracas
> Hotel Humboldt, las 5 estrellas del Waraira Repano
> Galipán, el pueblo de las flores