Más de ocho décadas atrás el Parque Nacional Henri Pittier se convirtió en el primero de Venezuela. Ubicado entre los estados Aragua y Carabobo, es además el de mayor extensión entre los parques de la Cordillera de la Costa.
Ahora bien, en 1937 este parque fue declarado con el nombre de Rancho Grande, y fue 16 años más tarde, en 1953, cuando asumió el nombre del famoso biólogo suizo Henri Pittier, en honor a este eterno enamorado de los bosques nublados de la cordillera de la Costa Central, quien promovió su protección hasta lograr que se le declarara como parque nacional.
Y es que, al estar ubicado en un gradiente altitudinal, que va desde los cero msnm hasta los 2.436, resguarda una amplia variedad de hábitats y un alto número de endemismos. Destaca por concentrar más del 40% de la avifauna del país, y por ser un corredor natural para especies de aves migratorias.
El Parque Nacional Henri Pittier es un gran atractivo para turistas y científicos, especialmente por sus bosques nublados y su sector marino costero. Además, es una importante fuente de agua para las ciudades y pueblos que lo rodean y, también, la tierra donde se cultiva uno de los mejores cacaos del mundo.
Hogar de la tribu Aragua
Antes de la colonia, en los territorios del parque vivía la tribu indígena Aragua. Después de que los invasores españoles avanzaran desde la costa hacia la región central del país, los poblados originarios permanecieron en la zona poco tiempo.
Los petroglifos que se encuentran a lo largo del parque son los vestigios de estos primeros pobladores.
Distintos productos agrícolas crecían de forma silvestre en la región, entre ellos el cacao. Cuando se instalaron las grandes haciendas de cacao, se asignaron esclavos negros a la labor de su cultivo que se convirtió en una mercancía de exportación. Tanto la actividad como los descendientes de los esclavos de esa época, se mantienen hasta hoy en día.
El parque nacional Henri Pittier
Localizado entre los estados Aragua y Carabobo, fue el primer parque nacional declarado en el país por un decreto presidencial de Eleazar López Contreras, publicado en Gaceta Oficial del 13 de febrero de 1937. Originalmente recibió el nombre de Rancho Grande y, en 1953, fue rebautizado como Parque Nacional Henri Pittier, en honor al biólogo suizo quien por sus esfuerzos logró la consolidación de esta área protegida.
Con el anexo de 17.800 hectáreas se decretó, en 1974, la ampliación del parque que se sumaron a las 90.000 iniciales, para un total de 107 mil 800 hectáreas de extensión. Limita por el oeste con el Parque Nacional San Esteban y al este con el Monumento Natural Pico Codazzi. Al extremo sur del parque se encuentran el Lago de Valencia y la ciudad de Maracay.Esta “zona caliente” es de suma importancia mundial pues de acuerdo al Fondo de Alianzas para Ecosistemas Críticos (CEPF por sus siglas en inglés), “representa la sexta parte de la vida vegetal del planeta”. En este sentido, esta área protegida fue creada con la finalidad de preservar los ecosistemas de la Cordillera de la Costa, en especial la selva nublada y los ambientes estuarinos y marino-costeros, así como proteger su biodiversidad, sobre todo aquellas especies endémicas, raras, vulnerables o en peligro de extinción.
También protege importantes recursos hídricos que abastecen de agua a las poblaciones cercanas, y es un espacio para la investigación, recreación y educación ambiental. Su administración y el manejo del parque le corresponden al Instituto Nacional de Parques (Inparques). El Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso (PORU) del parque establece una zonificación de nueve secciones, según el valor de los recursos y los usos y actividades existentes.
Paraíso de especies vegetales
Al tener varios pisos altitudinales, el Parque Nacional Henri Pittier posee una gran diversidad de especies vegetales. Desde su máxima altura 2.436 msnm hasta los cero msnm en la costa, el bosque nublado va dando paso al bosque deciduo y semideciduo, vegetación de sabana y, en la línea costera, a cardonales, espinares y manglares, principalmente constituidos por el mangle rojo.
Entre las especies de bosque nublado existen unos 150 árboles, entre ellos, el yagrumo, el copey, el guamo, la palma macanilla, así como gran cantidad de helechos, musgos y epífitas.
Mención aparte merece el niño o cucharón, gigantesco árbol que existe únicamente en Venezuela, y es uno de más altos de Latinoamérica. Esta especie representativa del parque abunda en el bosque, alcanzando su mayor altura con 60 metros. Además, impresiona por sus inmensas raíces en forma de tablas gigantes que le brindan soporte. Del ecosistema de sabana tiene en su mayoría especies gramíneas, principalmente invasoras con pequeños bosques de galería.
40% de las aves de Venezuela y 6% del mundo
La avifauna que habita en el Parque Nacional Henry Pittier representa más del 40% de las especies presentes en el territorio nacional y el 6% de la mundial. De hecho, las más de 580 especies de aves representan un atractivo para turistas y científicos, pues el parque está ubicado en una región considerada por la Birdlife Internacional como un área de endemismo de aves.
Tiene una densidad de 5,4 especies por 10 kilómetro cuadrado, una de las más altas del mundo. Es, además, la puerta de entrada para 79 especies de aves migratorias del hemisferio norte, aproximadamente, como el halcón Peregrino, el cuclillo pico amarillo, golondrinas y varias especies de playeros.
Unas 22 especies endémicas de la región tienen su hogar en el parque, entre ellas, el paují copete de piedra, el quetzal dorado, el pico de frasco esmeralda, la granicera hermosa, y colibríes como el esmeralda coliverde y el colibrí pechiazul. También se encuentra dentro del parque el águila arpía y la guacamaya verde.
Hogar de especies emblemáticas y en riesgo
Se han reportado en este parque unas 140 especies de mamíferos, 580 de aves, 97 de reptiles y 38 de anfibios, lo que representa el 38% y 19% del total de especies del país. Mientras que el número de insectos se estima supera el millón de especies. Varias especies de aves y mamíferos son emblemáticas del parque: el sorocuá, la granicera hermosa, el águila arpía, el puma, el yaguar y el mono araguato o mono aullador.
Muchos animales amenazados encuentran protección en el Parque Nacional Henri Pittier. Entre éstos están la polla de Wetmore, el jilguero cara amarilla y el cardenalito. Además, mamíferos como el mono araña del norte, el zorro perro y la danta, así como el escarabajo Hércules. También están el caimán de la costa -(de estatus Vulnerable y cuyas poblaciones están bajo un programa de recuperación) y el sapito rayado, que en tiempos pasados habitaba toda la Cordillera de la Costa. Es uno de los vistosos sapitos arlequines, que con ocho especies extintas constituye parte del grupo de animales en mayor peligro de extinción en Venezuela.
En general, más de la mitad de las especies protegidas del parque son murciélagos, seguidos por roedores y carnívoros. Todas las especies de félidos del país se encuentran en el parque, con distintos grados de amenaza. Los más grandes como el puma y el yaguar se encuentran en situación Casi Amenazada internacionalmente.
Más que un parque
Con once puestos de guardaparques y cuatro puestos de observación de incendios cuenta el Parque Nacional Henri Pittier. Cada temporada, un promedio de 450 mil turistas transitan por sus espacios. La afluencia de visitantes se debe, principalmente, a personas que se dirigen a las playas ubicadas en las poblaciones costeras adyacentes de Cata, Cuyagua y Choroní. También están las rutas de excursionismo Choroní-Sinamaica-Chuao, Uraca-Tremaria, Turmero-Chuao y Cepe-Chuao que son otro gran atractivo turístico.
Dentro del Parque Nacional Henri Pittier habitan poblaciones que desarrollan la actividad agrícola, y complementariamente crían algún tipo de animal de corral. Los principales cultivos son el cacao, café, plátano, aguacate, yuca, ñame y la caña de azúcar. Por otra parte, la pesca sólo es desarrollada por las comunidades ubicadas en la costa fuera de los linderos del parque. Del parque también se extrae piedra sedimentaria para la construcción en poblaciones como Cura y El Guamacho.
Ubicada en el sector este del Parque Nacional Henri Pittier está la Estación Biológica de Rancho Grande, un edificio histórico que es también un atractivo para el visitante, cuyo uso debe ser autorizado por la Facultad de Agronomía de la Universidad Central de Venezuela en Maracay. La estación tiene un complejo de edificios que ofrecen facilidades de alojamiento y laboratorios a investigadores, estudiantes y observadores de aves, entre otros. Próximo a la estación biológica se encuentra el sendero de interpretación “Andrew Field”.
Posee otras áreas recreativas como Las Cocuizas, La Trilla, La Guamita y El Polvorín, en donde el acceso peatonal es libre y gratuito.
Amenazas
La ubicación del Parque Nacional Henri Pittier entre las principales áreas de crecimiento del centro del país, genera muchas presiones sobre él, tales como incendios forestales, invasiones humanas y cacería. Por otra parte, la gran afluencia de turistas genera una importante acumulación de desechos.
Entre todos, la principal amenaza son los incendios forestales pues, año tras año el área afectada por el fuego es considerable, aun cuando se dediquen esfuerzos por controlarlos.
La cacería también impacta al parque. Las especies perseguidas son generalmente la lapa, el picure, el báquiro de collar, el venado matacán y el caramerudo, la danta, el puma y el yaguar. También incluye aves como el paují copete de piedra y la guacharaca.
Para preservación del parque y sus valores, se requiere impartir educación ambiental a sus usuarios y habitantes, así como de medidas más estrictas para ejercer un mayor control del uso de sus espacios y preservación de estos.
Con información de Minec y Estado de Conservación del Parque Nacional Henri Pittier
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