La ventana para revertir los efectos del cambio climático se está cerrando. Es la advertencia que se desprende del último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). El documento expone que se requiere acción climática urgente e inmediata para garantizar un futuro habitable para la gran familia humana.
También afirma que todavía es posible limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 °C, pero sólo si se actúa de inmediato. El mundo necesita alcanzar su punto máximo de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a más tardar antes de 2025, reducir casi a la mitad las emisiones para 2030, y alcanzar las cero emisiones netas de CO2 a mediados de siglo, garantizando al tiempo una transición justa y equitativa.
El texto también confirma que el cambio climático es una amenaza para la salud del planeta y el bienestar del hombre, y que éste es consecuencia de las acciones de la acción humana.
Es necesario entonces alcanzar la resiliencia en torno a los cambios climáticos. Para ello, se deben integrar la adaptación y la mitigación para promover la sostenibilidad del desarrollo de todos. Esto solo será posible con una mayor cooperación internacional, que ofrezca más acceso a recursos financieros adecuados, en particular para regiones, sectores y grupos vulnerables; así como acciones de gobernanza y políticas coordinadas.
Informe del IPCC es el resultado de ocho años de estudio
Publicado en marzo de 2023, el texto es la entrega final del Sexto Informe de Evaluación (AR6) del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC). Es el resultado de ocho años de trabajo del organismo científico con más autoridad del mundo sobre el cambio climático, que proporciona la mejor y más completa evaluación científica disponible sobre el tema.
El informe del IPCC se basa en los hallazgos de 234 científicos sobre la ciencia física del cambio climático, 270 científicos sobre los impactos, la adaptación y la vulnerabilidad al cambio climático, y de otros 278 expertos sobre la mitigación del cambio climático.
En total, 47 países participaron en la revisión del informe, los cuales formularon más de seis mil observaciones. Además, el documento incluye las conclusiones de tres informes anteriores de los grupos de trabajo, así como tres informes especiales.
Con unas ocho mil páginas de extensión, el texto explica con detalle las devastadoras consecuencias del aumento de las emisiones GEI en todo el mundo, así como los riesgos, cada vez más peligrosos e irreversibles, que enfrentará la familia humana si no cambia su rumbo.
Interdependencia entre cambio climático, naturaleza y actividades humanas
El IPCC confirma, en su más reciente informe, la interdependencia del clima, ecosistemas, biodiversidad y sociedades humanas. De igual forma reconoce el valor de las diversas formas de conocimiento; y los estrechos vínculos entre la adaptación al cambio climático, la mitigación, la salud de los ecosistemas, el bienestar humano y el desarrollo sostenible. Además, refleja la creciente diversidad de actores involucrados en la acción climática.
También plantea el documento que la conservación eficaz y equitativa de entre el 30 % y el 50 % de los recursos terrestres, marinos y de agua dulce de la Tierra ayudará a garantizar la salud del planeta.
Por otra parte, reafirma que las actividades humanas, principalmente a través de las emisiones de gases de efecto invernadero, han causado inequívocamente el calentamiento global, con una temperatura superficial global que alcanza 1,1 °C por encima a la del período 1850-1900 en el lapso 2011-2020.
Al respecto indica que si bien algunos cambios futuros son inevitables y/o irreversibles, estos pueden verse limitados por transformaciones profundas, rápidas y reducción sostenida de las emisiones globales de GEI.
Frenar el calentamiento
En 2018, el IPCC puso de relieve la escala sin precedentes del desafío que suponía limitar el calentamiento a 1,5 °C. Cinco años después, el desafío es aún mayor debido al aumento constante de las emisiones de gases de efecto invernadero. El ritmo y la escala de las medidas adoptadas hasta el momento, así como de los planes actuales, son insuficientes para hacer frente al cambio climático.
Las continuas emisiones de gases de efecto invernadero conducirán a un aumento del calentamiento global, con la mejor estimación de alcanzar 1,5°C en el corto plazo en escenarios considerados y trayectorias modeladas.
Cada incremento del calentamiento global intensificará peligros múltiples y simultáneos. Para cualquier nivel de calentamiento futuro dado, se calculan riesgos e impactos relacionados con el clima más altos que los proyectados hasta ahora. Además, los riesgos climáticos y no climáticos interactuarán cada vez más, creando situaciones compuestas y en cascada cada vez más complejas y difíciles de administrar.
Emisiones globales alcanzaría su punto máximo antes de 2025
Respecto al calentamiento, el informe del IPCC establece que existe una probabilidad de más del 50% de que el aumento de la temperatura global alcance o supere los 1.5 °C entre 2021 y 2040 en los escenarios estudiados. En una ruta de altas emisiones, específicamente, el mundo puede alcanzar este umbral incluso antes, entre 2018 y 2037.
El aumento de la temperatura global en un escenario tan intensivo en emisiones de carbono también podría aumentar a entre 3.3 °C y 5.7 °C para 2100. Cambiar el rumbo para limitar el calentamiento global a 1.5 °C requerirá de profundas reducciones en las emisiones de GEI en el corto plazo. En las rutas modeladas que limitan el calentamiento global a este objetivo, las emisiones de GEI alcanzan su punto máximo, a más tardar, antes de 2025.
Si bien hay algunos avances, el progreso mundial en la mitigación del cambio climático lamentablemente no es suficiente. Una investigación señala que, incluso, si los países lograran sus compromisos climáticos, las emisiones se reducirían sólo un 7 % para 2030, en contraste con el 43 % que se lograría en el escenario de aumento de la temperatura global a 1.5 °C.
Impactos climáticos cada vez más extremos y adversos
Una de las conclusiones más alarmantes del informe del IPCC es que los impactos climáticos adversos ya son más extremos y de mayor alcance de lo previsto, en las personas y los ecosistemas, lo que aumentaría rápidamente, con cada fracción de grado de calentamiento, los riesgos futuros.
Estos fenómenos se han producido como consecuencia del calentamiento global de 1,1 °C por encima de los niveles preindustriales, ocasionado por la quema de combustibles fósiles y el uso desigual e insostenible de la energía y las tierras durante más de un siglo.
En todas las regiones, el calor extremo está causando la muerte de personas. Además, se prevé que la inseguridad alimentaria y la inseguridad hídrica asociadas al clima, se incrementarán debido al aumento del calentamiento.
El incremento de las temperaturas globales también eleva la probabilidad de alcanzar puntos de inflexión peligrosos en el sistema climático, que pueden desencadenar reacciones como el deshielo del permafrost o la destrucción masiva de los bosques. Estas pueden, a su vez, conducir a otros cambios sustanciales, abruptos e irreversibles en el sistema climático.
Adaptación y resiliencia
Con el aumento del calentamiento global, además del aumento de las pérdidas y los daños, los sistemas humanos y naturales adicionales alcanzarán los límites de adaptación. Algunos impactos climáticos ya son tan severos y frecuentes que las poblaciones no se pueden adaptar a ellos y ninguna estrategia de adaptación puede evitar por completo pérdidas y daños.
Ante esto se necesita una acción urgente, así como transiciones rápidas y de gran alcance en todos los sectores y sistemas, señala el informe del IPCC.
Las medidas de adaptación pueden generar resiliencia de manera efectiva, pero se necesita más financiamiento para escalar las soluciones. Al respecto, el IPCC encontró que, con suficiente apoyo, las ya disponibles y comprobadas soluciones de adaptación pueden generar resiliencia a los riesgos climáticos y, en muchos casos, brindar beneficios de desarrollo sostenible más amplios.
Muchas medidas de adaptación basadas en ecosistemas, así como prácticas agrícolas más sostenibles pueden implementarse a costos relativamente bajos. Asimismo, resulta fundamental la colaboración con pueblos originarios y comunidades locales.
Alejarse de los combustibles fósiles
El mundo debe alejarse rápidamente de la quema de combustibles fósiles, la causa número uno de la crisis climática, es otra de las claras advertencias del IPCC.
En este sentido, el informe plantea estrategias como la jubilación de la infraestructura de combustibles fósiles existente; la cancelación de nuevos proyectos; la modernización de plantas de energía de combustibles fósiles con tecnologías de captura y almacenamiento de carbono (CCS); y el aumento de las fuentes de energía renovable, como la solar y la eólica.
Señala el organismo que los flujos de financiamiento público y privado para los combustibles fósiles en la actualidad, superan con creces los dirigidos a la mitigación y adaptación climática. Por lo tanto, aunque el financiamiento anual público y privado para el clima ha aumentado más del 60 % desde el Quinto Informe del IPCC, aún se requiere mucho más para alcanzar los objetivos globales.
Si bien los combustibles fósiles son la fuente número uno de emisiones de GEI, se necesitan reducciones profundas de las emisiones en toda la sociedad para combatir la crisis climática. La generación de energía, los edificios, la industria y el transporte son responsables de cerca del 80 % de las emisiones globales, y el 20 % restante corresponde a la agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra.
Cambio climático e inequidad
El cambio climático, así como los esfuerzos colectivos para adaptarse y mitigarlo, exacerbarán la inequidad si no se garantiza una transición justa, reitera el informe. Los hogares dentro del rango del 10% de la población con los ingresos más altos, con una proporción relativamente grande en los países desarrollados, emiten más del 45% de los GEI del mundo. En tanto, las familias dentro del rango del 50% de la población con menores ingresos emite máximo el 15%. Sin embargo, los efectos del cambio climático ya afectan, y seguirán afectando, con mayor dureza a las comunidades más pobres e históricamente marginadas.
Actualmente, entre 3 mil 300 millones y 3 mil 600 millones de personas viven en países que son muy vulnerables a los impactos climáticos, con puntos críticos globales concentrados en el Ártico, América Central y del Sur, los pequeños estados insulares en desarrollo, el sur de Asia y gran parte del África subsahariana.
Al mismo tiempo, los esfuerzos para mitigar el cambio climático también corren el riesgo de provocar cambios disruptivos y exacerbar la inequidad. Afortunadamente, el IPCC identifica una variedad de medidas que pueden respaldar una transición justa. La reconfiguración de los programas de protección social para incluir a la adaptación, por ejemplo, puede reducir la vulnerabilidad de las comunidades.
Aún es posible garantizar un futuro sostenible y habitable
Sobre el futuro, el más reciente informe del IPCC destaca vías para evitar los riesgos cada vez más intensos. Asimismo, identifica acciones para reducir las emisiones de GEI, aumentar la remoción de dióxido de carbono y la resiliencia. Si bien la ventana de oportunidad para abordar la crisis climática se cierra rápidamente, el documento afirma que aún podemos asegurar un futuro seguro y habitable.
“La incorporación de una acción climática eficaz y equitativa no solo reducirá las pérdidas y los daños para la naturaleza y las personas, sino que también aportará mayores beneficios”, aseveró Hoesung Lee, Presidente del IPCC. “En el Informe de síntesis, se destaca que urge tomar medidas más ambiciosas y se demuestra que, si actuamos ahora, aún es posible garantizar un futuro sostenible y habitable para todos”.
Aditi Mukherji, una de los 93 autores del Informe de Síntesis, señala que la justicia climática es crucial. “Casi la mitad de la población mundial vive en regiones que son muy vulnerables al cambio climático. En la última década, el número de víctimas mortales como consecuencia de inundaciones, sequías y tormentas fue 15 veces más alto en las regiones muy vulnerables”, afirma.
Un claro camino por recorrer
La solución radica en el desarrollo resiliente al clima. Ello implica integrar las medidas de adaptación al cambio climático, con acciones orientadas a reducir o evitar las emisiones de gases de efecto invernadero, de manera tal que aporten mayores beneficios.
Pero el asunto se torna más difícil con cada aumento del calentamiento. Por este motivo, las decisiones que se tomen en los próximos años serán fundamentales para determinar nuestro futuro y el de las generaciones venideras.
El compromiso político, las políticas coordinadas, la cooperación internacional, la administración de los ecosistemas y la gobernanza inclusiva revisten importancia para propiciar la acción climática eficaz y equitativa, dice el informe del IPCC.
Si se comparten las tecnologías, los conocimientos especializados y las medidas de política adecuadas, y se aporta de inmediato la financiación suficiente, cada comunidad puede reducir o evitar el consumo con altas emisiones de carbono.
De cara al futuro
Algo que deja claro el informe del IPCC son los inmensos riesgos de la inacción y también que el camino a seguir requiere un cambio a una escala nunca antes vista. Además, resalta que nunca se había tenido más información sobre la gravedad de la emergencia climática y de sus impactos en cascada, o sobre lo que se debe hacer para reducir la intensificación de los riesgos.
En este sentido, se debe estar consciente de que las opciones y acciones implementadas en esta década tendrán impacto ahora y por miles de años más.
Todavía está abierta una pequeña ventana de oportunidad, pero no hay un segundo que perder.
Con información de IPCC, Sexta Evaluación IPCC, Síntesis del Informe y WRI ORG
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