Hasta hoy en día se pueden hallar, escondidos en Caracas, algunos de sus antiguos puentes o parte de ellos. Vestigios de la historia que nos ayudan a entender cómo fue el crecimiento urbano de la ciudad desde los tiempos de la colonia.
Y es que la construcción de diferentes estructuras de este tipo, en diferentes épocas, permitió la expansión de la urbe superando los límites que marcaban las quebradas y ríos provenientes del Waraira Repano. Obras que fueron enlazando un lugar con otro, conectando familias, caseríos y comunidades.
En ese entonces el caudal de estos cursos de agua era fuerte, especialmente en época de lluvias. Flujo que se ha reducido actualmente y la capital solo conoce al río Guaire que aún mantiene viva su corriente, que durante la estación lluviosa suele crecer a tal punto que puede llegar a amenazar los sectores vecinos con fuertes crecidas de agua.
Y aunque la capital cambie de aspecto, a medida que se ensanche, en ella han de perdurar los puentes mohosos, viejos de antigua raigambre, aunque a su lado ostenten toda su novedad las nuevas construcciones barnizadas y el encaje de metal de una baranda lanzada al vuelo sobre el barranco, en cuyo fondo murmura un hilo de agua…
Revista Elite. 1950
Ríos de Caracas
Inicialmente, Caracas fue concebida como una base militar estable, ubicada en el espacio entre las actuales esquinas de Carmelitas y Veroes. Los cursos de agua, entendidos como defensas naturales en la conquista se convirtieron, posteriormente durante la colonia y el siglo XIX, en una barrera para el crecimiento de la ciudad. En ese entonces, con la llegada de las lluvias aumentaban las aguas o bien se estancaban dificultando el tráfico urbano.
La extensión de la pequeña ciudad formada entre los ríos Catuche, Caroata, Anauco y Guaire, se veía limitada por éstos y por las quebradas. Por ello, se hizo imprescindible entonces la construcción de puentes, embaulamientos y otras infraestructuras, con el fin de facilitar el tránsito y reducir el riesgo de inundaciones.
En la ciudad aún se pueden ver algunos de esos antiguos puentes o parte de ellos. Entre estos está el Puente Páez, ubicado en la avenida Norte 1, entre las esquinas la Fe y Santa Bárbara, parroquia Altagracia; inaugurado en 1888. Por debajo de él pasa lo que es hoy en día la quebrada Catuche.
Otra estructura del pasado es el puente de La Trinidad, cuya construcción fue apoyada por el gobernador Capitán José de Solano y Bote. El primer plano se levantó en el año 1770 a cargo del ingeniero Manuel de Clemente y Francia, y se concluyó en 1776.
Los puentes sobre el río Catuche
Una de las fuentes más importantes de agua durante la colonia era el río Catuche, voz cumanagota que designa el Anona muricata o Anona Margravii según Henri Pittier.
Esto porque para la época de la fundación de Caracas abundaban los guanábanos en las quebradas, especialmente en la que conserva el nombre autóctono de Catuche, algunos de los cuales aún subsisten cerca de Puerta de Caracas. Este río era un afluente del Guaire, que nacía en el Waraira Repano y atravesaba la ciudad por La Pastora, Altagracia, La Candelaria y San Agustín del Norte.
Fueron varios los puentes construidos sobre este caudal de agua. En 1676 bajo la dirección del sargento Nicolás Puncel, cerca de la esquina La Pelota, se construye el primero que estuvo sobre el río Catuche, en el sitio hoy conocido como esquina de Punceres. De acuerdo con la historia, el puente de Punceles (Punceres) fue una obra de mampostería, ladrillos y cal que permitió el paso de personas y bestias de recua.
Entre las esquinas de Manduca a Puente Yánez, se encuentra una edificación que data de 1735 de acuerdo a historiadores, originalmente denominada como puente de Catuche o Candelaria. Era un sólido puente de mampostería con bien trazado arco ojival. En su construcción fue destacado el papel de don Feliciano Sojo y Palacios, el bisabuelo materno de Bolívar. Hoy en día es posible ver reminiscencias de lo que fue uno de los antiguos puente de la ciudad capital de Venezuela.
Trágica historia
Entre las historias más conocidas de los antiguos puentes de Caracas destaca la del Guanábano. Una trágica trayectoria que lo llevó a ser conocido como el puente de los suicidas. La estructura era una de las más elevadas sobre el río Catuche, y facilitaba el acceso a San José del Ávila y al Cementerio de los hijos de Dios.
Construido por el ingeniero Muñoz Tébar, cuentan que el día de su inauguración el peso de la gente lo hizo estremecer, por lo que fue cerrado de inmediato para reforzarlo. Inicialmente era hecho de madera, tiempo después fue reconstruido bajo la dirección del ingeniero Ayala.
Dada su altura, aquellos que querían dar fin a su vida se lanzaron al abismo desde su barandaje, cayendo en las piedras que servían de fondo al cauce del río Catuche. Por lo que, durante el tiempo en el que funcionó, este puente aportó un gran porcentaje de suicidios a Caracas.
Muchos años después de haber sido demolido para dar paso a la actual avenida Baralt, se mantiene la tradición cargada de cuentos y leyendas de espantos y aparecidos en la historia de esta antigua estructura.
El más antiguo de Caracas
Otro de los antiguos puentes de Caracas, cuya estructura aún existe, es el Carlos III, situado entre las esquinas de Portillo y Dos Pilitas, en la parroquia La Pastora. Su edificación se remonta a 1782, cuando fue levantado sobre el río Catuche.
La construcción, ordenada por el entonces gobernador Carlos Agüero para permitir el cruce del río, se efectuó con fondos del Cabildo de Caracas, culminándose en 1784. Es obra del caraqueño Juan Domingo del Sacramento Infante
Aunque el puente original fue destruido por una creciente del río, fue levantado de nuevo con cimientos tan fuertes que le han permitido seguir prestando servicio hasta la actualidad.
Debe su nombre al monarca español Carlos III, proclamado Rey el año de 1759. Fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1976.
Puente Anauco
Durante la colonia, la Calle Real de La Candelaria unía a la ciudad con Chacao y Petare, pero en aquellos tiempos el río Anauco tenía grandes crecidas que imposibilitaban el paso de los habitantes por largas horas. Por ello, y siguiendo el especial interés del Rey Carlos III en la construcción de caminos en la ciudad, fue ordenada su construcción por el entonces gobernador de Venezuela, don Julián Guillelmi en 1786, pero no sería terminado sino hasta 1790, pues tuvo que enfrentar diversos problemas.
Para esa época el área constituía el límite natural de Caracas. Por este lugar pasaron Humboldt, Bompland y Andrés Bello en su viaje al Ávila en 1800, y Simón Bolívar cuando el Márquez del Toro lo hospedó en su casa en 1827.
El Puente Anauco es una antigua estructura de ladrillos con tres arcos, localizada sobre el curso subterráneo del río homónimo. El arco central posee mayores dimensiones como respuesta al antiguo caudal. Es obra del ingeniero español Francisco Jacor, y se ubica en lo que en la actualidad es la parroquia La Candelaria. Por allí pasaban los frutos y verduras que traían a la ciudad y a La Guaira de Chacao y Petare. La estructura de los arcos posee elementos de contrafuerte, ubicados en los arranques de cada uno. Estos elementos tienen forma piramidal, rematados con elementos circulares.
En la actualidad funciona como el Paseo Anauco debido a que el río fue embaulado. Este espacio público fue construido a finales del siglo XX por el Centro Simón Bolívar. La propuesta contemplaba que amplias áreas verdes en las faldas de los principales ríos y quebradas que bajan del Waraira Repano funcionaran como sitios culturales y de recreación ciudadana. Con el tiempo este espacio urbano ha sido objeto de varias iniciativas para reactivarlo, pero lamentablemente ha permanecido mayormente en desuso.
Con información de Caracas en retrospectiva y La Guía de Caracas
La Nomenclatura Caraqueña. Ernesto Ermitano Editor. Caracas, 1978
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